Una de las señales más evidentes del paso del tiempo y el envejecimiento de la piel es la flacidez y la aparición de arrugas, como las arrugas de la frente. Estas arrugas son el resultado de cambios en la dermis, que se vuelve más delgada, frágil y pierde la capa de grasa protectora subcutánea.

El envejecimiento de la piel es un proceso complejo que involucra factores internos y externos. Los factores internos están determinados por la herencia y el paso del tiempo natural y son inevitables y fuera de nuestro control voluntario.

Por otro lado, los factores externos, como el tabaquismo, la malnutrición y la exposición al sol, pueden acelerar el envejecimiento cutáneo. Se cree que el 80 % del envejecimiento facial se debe a la exposición solar. Por lo que el uso de bloqueador solar desde edades tempranas es más que necesario.

Las arrugas en las manos pueden producirse por exposición al Sol o signos de la edad. | Foto: Getty Images

En cuanto a las arrugas de la frente, generalmente son el resultado de las líneas de expresión, que son marcas temporales causadas por los movimientos repetitivos de la piel. Estas arrugas se crean porque las áreas donde se frunce la frente pierden colágeno y elasticidad.

Uno de los causantes que más aceleran el envejecimiento de la piel, es el sol. Es muy importante que aprendas a protegerte de él, ya que conforme nos hacemos mayores, nuestra piel tiende a deshidratarse de manera natural y necesita un extra de cuidado y protección.

De acuerdo con el portal de Nivea, “la radiación solar afecta al colágeno de la piel, reduciéndolo y provocando que se vuelva menos elástica y tersa. Por ello, las personas deben recordar que hay ciertos hábitos de tu día a día que también influyen mucho en la aparición de las arrugas, como dormir menos de 8 horas diarias, el estrés, fumar o no seguir una dieta saludable (rica en verduras y proteínas)”.

Las arrugas más comunes en los 40 años se presentan en la frente, entrecejo y patas de gallo. Foto: Getty images. | Foto: Getty images

Aceite de romero para disminuir las arrugas

Gracias a su composición, el aceite de romero es un buen antioxidante, por lo que previne la oxidación de las células. Además, esta planta tiene altas cantidades de componentes antioxidantes como el ácido caféico o los flavonoides, que permiten que se retrasen los efectos del envejecimiento en la piel, según el magacín Mundo Deportivo, en su sección de bienestar y salud.

  • El aceite de romero tiene propiedades antienvejecimiento que, en concreto, pueden mejorar la apariencia de las arrugas en la frente.
  • Para utilizarlo, se debe mezclar unas gotas con aceite de almendras y frotar suavemente la frente con la mezcla.
  • Luego, dejar que haga efecto por unos 10 minutos y luego retirar con agua tibia.

Aceite de jojoba

Este aceite contribuye a la regeneración de la piel y a reducir las arrugas tempranas. También podría ser una solución eficaz contra el acné y las cicatrices. Además, este aceite tiene un efecto antiinflamatorio comprobado, con usos potenciales en una variedad de condiciones de la piel, como infecciones o envejecimiento prematuro.

Modo de uso:

  • Frotar un poco de aceite de jojoba sobre el contorno de los ojos y realizar un ligero masaje durante 3 o 5 minutos.
  • Se recomienda usarlo antes de dormir.

Aceite de manzanilla

El aceite que se obtiene de las flores de manzanilla podría tener un efecto protector en la piel, por sus propiedades antienvejecimiento y antiinflamatorias. Puede servir de apoyo para reducir las bolsas bajo los ojos y se puede aplicar sin problemas sobre todos los tipos de piel.

Medicina alternativa. Romero, menta, manzanilla, tomillo en un mortero de vidrio. Aceites esenciales y suplementos a base de hierbas. | Foto: Getty Images

Modo de uso:

  • Tomar la cantidad de aceite que se considere necesario y masajear suavemente el contorno de los ojos durante 5 minutos.
  • Repetir su uso todas las noches.

Aceite de uva

El aceite esencial de semillas de uva es uno de los productos más empleados para la prevención y tratamiento de las arrugas finas. Su contenido de Omega 6 y Omega 3 lo hacen adecuado para reducir la inflamación y dar suavidad y textura a la piel.

Cuenta con un efecto reafirmante y antiinflamatorio que ayuda a prevenir la aparición de ojeras, bolsas y demás imperfecciones.

Modo de uso:

  • En las noches, justo después de retirar el maquillaje del rostro, frotar una cantidad generosa de aceite de semillas de uva alrededor de los ojos.
  • Dejar que se absorba bien y descansar sin enjuagarlo.
  • El uso continuado mostrará cuán efectivo es.