Tanto la atención como la memoria son dos funciones cognitivas necesarias para la sobrevivencia. Por una parte, la memoria hace referencia a la capacidad de codificar información y almacenarla para posteriormente recuperarla, y en cuento a la atención, es la capacidad de generar, dirigir y mantener el estado de activación para procesar correctamente la información.
De acuerdo con el portal web Unir, existen varios tipos de memoria, entre ellos, la inmediata; a largo plazo o de trabajo; la memoria episódica, como información sobre hechos vividos y experiencias; la memoria semántica, como conocimientos de carácter general, y la memoria procedimental, como acciones o secuencias aprendidas que suelen realizarse de manera automatizada.
En cuanto a la atención, el modelo de Sohlberg y Mateer señala cinco procesos atencionales:
- Alerta.
- Atención sostenida.
- Atención selectiva.
- Atención alternante.
- Atención dividida.
Por lo general, cuando algunos de estos procesos se ve alterado, aparece el déficit de atención, que se puede clasificar mediante la relación entre la alteración de la capacidad atencional y las diferentes psicopatologías. Por ejemplo, las aprosexias “son la ausencia total de atención asociada con la sintomatología del estupor o la agitación intensa, hasta el punto de alterar de tal manera el nivel de consciencia que se pierde por completo la atención”. En cuanto a las hipoproxesias se dan por la disminución de la capacidad de atención por aspectos como la distractibilidad, negligencia, labilidad atentiva emocional, inhibición de la atención y fatigabilidad.
De este modo, para potencializar la atención y evitar este tipo de problemas cognitivos, es importante tener una alimentación saludable, rica en nutrientes y minerales que aporten vitalidad al cerebro. Por ello, el Instituto Profesional Esucomex lista algunos alimentos que ayudan a mejorar la atención y la memoria:
- Arándano: este fruto es un alimento rico en antioxidantes y vitamina C, que ayudan a proteger al cerebro de radicales libres, previniendo el daño celular y mejoran la memoria a largo plazo. Asimismo, es un fruto que contienen potasio, un nutriente que aporta a la transmisión y generación de neurotransmisores, potenciando las señales neuronales.
- Té verde: esta infusión natural se caracteriza por su alto contenido de cafeína que ayuda a activar la función cerebral. Esta bebida también combate la fatiga mental y mejora la memoria. Y gracias a su alto contenido de antioxidantes previene el daño celular y trastornos cerebrales.
- Plátano: este fruto se caracteriza por ser rico en triptófano, un aminoácido que permite gestionar el estrés y es una excelente fuente de potasio, magnesio y vitamina C. Entre sus principales beneficios, el plátano cuidar la memoria y el cerebro.
- Huevo: al ser un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales, ayuda a mejorando la memoria y el funcionamiento del cerebro cuando se trata de la atención. Sus proteínas producen hormonas que se relacionan con la felicidad y específicamente la yema, mejora al desarrollo del cerebro del feto en las mujeres embarazadas.
- Nueces y almendras: estos frutos secos, al igual que las avellanas, permiten pensar con claridad, mejoran la salud cognitiva, centrar la atención y aumentar los niveles de antioxidantes en el organismo. También son muy recomendados para prevenir enfermedades como el Alzhéimer y mejorar el estado de ánimo y la memoria.
- Brócoli: este vegetal de hoja verde se caracteriza por su alto contenido en vitamina K, un nutriente que mejora la función cognitiva y capacidad intelectual. Este es uno de los mejores alimentos para el cerebro y ayuda a mantener la memoria.
- Semillas de calabaza y girasol: este tipo de semillas ayudan a mejorar el estado de ánimo y la capacidad intelectual. Como tal, las semillas de girasol son muy recomendadas para aliviar la depresión y el insomnio, y además de ello, contienen Zinc, vitamina A, vitamina E, Omega 3 y Omega 6, nutrientes ideales para potencializar la energía.