De acuerdo con la Alianza por la Salud Alimentaria, consumir alimentos y bebidas procesadas en exceso puede ocasionar variedad de problemas a la salud.
Estos se denominan procesados porque se les adiciona, de manera externa, aceites, grasas, azúcares, sal y/o conservantes.
Para muchos, estos alimentos resultan más prácticos, se encuentran fácilmente en el supermercado y los eligen frente a los alimentos naturales, porque no requieren una cocción inmediata (vienen listos para consumir o la cocción es muy sencilla y corta).
En los Estados Unidos, el consumo de estos alimentos representa más de la mitad de las calorías consumidas al día.
Según un artículo publicado en la revista Business Insider, hay que reducir el consumo de ciertos alimentos que resultan potencialmente más peligrosos y que, incluso, pueden producir cáncer. A continuación, algunos de ellos:
Nuggets de pollo
Este alimento le suele encantar a los niños. Su cocción rápida y sencilla los hacen muy atractivos. Sin embargo, contienen una gran cantidad de sal, conservantes y grasas saturadas que generan daños a la salud, especialmente al sistema cardiovascular.
Papas fritas
De limón, pollo, cebolla o tomate, este bocadillo es de los favoritos de muchos. Pero las papas fritas de paquete son altamente calóricas, están llenas de sal y están relacionadas con el desarrollo de enfermedades como la diabetes y el sobrepeso.
Refrescos
Pueden causar un aumento gradual de la presión (hipertensión arterial) por sus cantidades elevadas de sodio y cafeína.
La cafeína en exceso provoca problemas de insomnio, agitación, temblores y dolor de cabeza.
Adicional a eso, la fructosa (azúcar que contiene) puede afectar el sistema digestivo, causar inflamación, deshidratación y desequilibrio en la flora intestinal.
Los refrescos solo aportan calorías vacías, tienen cero nutrientes y contribuyen a la obesidad.
Salchichas
Tiene saborizantes artificiales, exceso de sodio, conservadores y grasas saturadas.
Hamburguesas
Tiene una cantidad excesiva de grasas saturadas y sal. El consumo frecuente de la carne de hamburguesa tradicional es un factor de riesgo. Aumenta las probabilidades de padecer diabetes.
Adicional a eso, la Organización Mundial de la Salud señala que productos como las salchichas, jamón, chorizo y hamburguesas contribuyen al desarrollo de cáncer.
Consumir estos productos diariamente aumenta el riesgo de padecer cáncer colorrectal en un 18%.
Cereales azucarados
Los cereales naturales como la avena influyen de manera positiva en la digestión y son muy saludables. Pero cuando estos se endulzan, pierden sus propiedades.
El azúcar o miel que se suelen usar para aportar dulzor a estos productos favorecen el desarrollo de diabetes y el sobrepeso.
Barras de granola
Pese a que, comercialmente, se ha vendido la idea de que este producto es saludable, no es del todo cierto.
Algunos de estos productos tienen grandes cantidades de azúcar, miel o jarabe de maíz.
Pan y galletas
Dependiendo de su preparación, estos alimentos pueden tener altos niveles de azúcar, sal, grasas trans y conservantes. Aunque también hay opciones muy saludables.
Mantequilla
Este es un producto lleno de grasas trans que son dañinas para el corazón, porque elevan el nivel de colesterol malo en la sangre y reducen el bueno.
También contiene radicales libres y conservantes perjudiciales para la salud.
Palomitas de sabores para microondas
Tienen una gran cantidad de grasas trans, sal y conservantes. A algunas, los fabricantes les agregan diacetil (una sustancia química con sabor artificial de mantequilla) que puede dañar la salud pulmonar.
Adicional a eso, una publicación de la revista Chemical Research in Toxicology indica que esta sustancia puede atravesar la barrera hematoencefálica (la protege al cerebro de sustancias peligrosas) y causar a largo plazo toxicidad neurológica y alzhéimer.
Opciones saludables
Si se tiene antojo, se puede comprar el grano natural y prepararlo en casa de manera saludable.
Para reemplazar estos alimentos saturados, existen opciones deliciosas, saludables y fáciles de conservar y preparar.
- -Verduras, hortalizas y legumbres congeladas.
- -Verduras en conserva sin añadidos.
- -Frutas deshidratadas o liofilizadas.
- -Agua o zumos.
- -Pasta integral.
- -Pan integral.