El sistema inmunológico es una compleja red de células, tejidos y órganos que en conjunto ayudan al cuerpo a combatir infecciones y prevenir el desarrollo de enfermedades, según información de la biblioteca médica Medline Plus.
Cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden el cuerpo, atacan y se multiplican. Esto se conoce como infección, la cual normalmente es generado por una enfermedad. El sistema inmune lo que hace es proteger de estas afecciones haciéndoles frente a los gérmenes.
La red de protección del cuerpo está compuesta por órganos como la piel, que evita que los gérmenes ingresen al cuerpo; las membranas mucosas, que son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales, y los glóbulos blancos, cuya misión es luchar contra las bacterias y virus.
De esta red también forman parte los órganos y tejidos del sistema linfático, que incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea, cuyo trabajo se centra en producir, almacenar y transportar los glóbulos blancos.
Para mantener fortalecido el sistema inmunológico es determinante la alimentación, la cual debe incluir frutas y vegetales, como las fresas y el brócoli, las semillas, frutos secos y el pescado, pues son ricos en nutrientes que ayudan en la formación de las células de defensa del organismo, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Más vegetales y frutas
El portal Healthline indica que los alimentos de origen vegetal, como frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres, son ricos en nutrientes y antioxidantes que combaten los patógenos que ingresan al organismo.
“Los antioxidantes en estos alimentos ayudan a disminuir la inflamación al combatir compuestos inestables llamados radicales libres, que se acumulan en el cuerpo en niveles altos”, precisa la mencionada fuente.
Esto es importante porque la inflamación crónica está relacionada con numerosas afecciones de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, Alzheimer y ciertos tipos de cáncer.
Estos productos también son ricos en fibra que alimenta la microbiota intestinal o comunidad de bacterias saludables en el intestino. Cuando la flora intestinal está fortalecida ayuda a mejorar la inmunidad y previene que patógenos dañinos entren en el cuerpo a través del tracto digestivo. En el listado de productos recomendados se encuentran el brócoli, las espinacas, el pimiento, la sandía, las frutas cítricas, las semillas de girasol, la linaza, los frutos secos, el ajo, el aguacate y las fresas, entre otros.
Grasas saludables
Las grasas saludables como las que se encuentran en el aceite de oliva y el salmón tampoco deben faltar, pues aumentan la respuesta inmune del cuerpo a los patógenos disminuyendo la inflamación.
El aceite de oliva, que es altamente antiinflamatorio, está vinculado a un menor riesgo de afecciones crónicas como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Además, sus propiedades ayudan al organismo a combatir las bacterias y los virus que originan enfermedades. Los ácidos grasos omega-3, como los del salmón y las semillas de chía, también son recomendados para potenciar las defensas.
En la dieta deben incluirse los productos fermentados que son ricos en bacterias beneficiosas llamadas probióticos, que se encuentran en gran cantidad en el tracto digestivo. El yogur, chucrut, kimchi, kefir y natto, son buenas opciones.
De manera contraria, en la alimentación diaria se debe minimizar el consumo de azúcares añadidos y carbohidratos refinados. Estos productos contribuyen significativamente al desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y padecimientos cardíacos, que debilitan el sistema inmunológico.
Ejercicio
Además de la alimentación, para mantener un organismo saludable y fortalecido frente a las bacterias es importante realizar ejercicio de forma regular y moderada, pues esto ayuda a las células inmunitarias a regenerarse fácilmente.
Los expertos recomiendan caminar a paso ligero, andar en bicicleta, trotar, nadar y hacer senderismo rápido. La mayoría de las personas deben intentar hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana, precisa Healthline.