El hígado graso no alcohólico es una enfermedad hepática que se presenta cuando hay una acumulación de grasa en ese órgano, lo cual no es producto del consumo excesivo de alcohol.
De acuerdo con MedlinePlus, el servicio informativo en salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, esta enfermedad es más común entre personas que presentan sobrepeso u obesidad.
“En muchas personas, la EHGNA no causa síntomas o problemas. Una forma más grave de la enfermedad se conoce como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). La EHNA puede causar cirrosis e insuficiencia hepática. También puede causar cáncer de hígado”, señala la plataforma MedlinePlus.
Entre otras causas y factores de riesgo, también citan la presencia de prediabetes, la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta o niveles altos de colesterol malo.
También pueden estar en riesgo las personas que estén atravesando un tratamiento que incluya “ciertos medicamentos como los bloqueadores de los canales de calcio y algunos medicamentos para tratar el cáncer”.
No obstante, las personas que no cuentan con factores de riesgo conocidos también podrían desarrollar esta enfermedad, según apunta MedlinePlus.
Así mismo, hay algunos alimentos que pueden ser útiles para prevenir el desarrollo del hígado graso. Una reciente investigación de la Universidad de Texas A&M AgriLife Research que fue publicada en la revista científica ‘Hepatology’ mostró que un compuesto orgánico llamado indol puede generar una protección al hígado.
“El presente estudio buscó examinar la asociación entre los niveles circulantes de indol y el contenido de grasa en el hígado en sujetos humanos y explorar los mecanismos subyacentes a las acciones del indol en ratones con EHGNA (hígado graso no alcohólico) inducida por la dieta”, puntualizaron los autores de la investigación.
En efecto, los investigadores encontraron que los ratones a los cuales les suministraron dosis de indol mostraron reducciones en la gravedad del mal de hígado graso que los estaba afectando.
“Ya hay alguna evidencia de cómo hacer cambios en la dieta puede ser efectivo para ayudar a prevenir o reducir la gravedad de la enfermedad de hígado graso”, dijo Chaodong Wu, uno de los autores de la investigación.
“Los alimentos saludables con alta capacidad de producción de indol son importantes para prevenir el hígado graso y son beneficiosos para mejorar la salud de las personas que la padecen”, concluyó Wu.
Esto incluye un gran número de verduras, entre las cuales se encuentran:
- Brócoli.
- Coles de Bruselas.
- Coliflor.
- Col.
- Repollo.
- Col rizada.
- Repollo morado.
Estos son los síntomas que pueden mostrar indicios de cirrosis
A su vez, MedlinePlus indica que es frecuente que las personas que tienen hígado graso no alcohólico no manifiesten ningún tipo de síntomas.
Pero en algunas ocasiones los pacientes sí pueden desarrollar problemas hepáticos como la cirrosis, que tiene implicaciones en su calidad de vida y la salud de todo su organismo.
En esos casos el padecimiento hepático puede causar múltiples síntomas en quienes lo desarrollan. Entre otros están la fatiga, un dolor en la parte derecha del abdomen, la piel amarilla, las náuseas, la confusión, la debilidad, la pérdida del apetito e incluso se pueden presentar casos de sangrado intestinal.
Por lo pronto, no hay fármacos aprobados que puedan servir para tratar específicamente a los pacientes que desarrollan esta enfermedad en el hígado, por lo cual los profesionales médicos optan por pedirles a las personas que lleven hábitos saludables.
Por ejemplo, es clave que una persona con obesidad procure bajar de peso por medio del deporte o la buena alimentación. También es útil hacer ejercicio de forma regular, no consumir bebidas alcohólicas, tener una dieta balanceada y evitar el uso de la sal.