Algunas personas creen que tener la presión arterial baja es sinónimo de buena salud, debido a que están lejos de tener el riesgo de tener hipertensión. Esta premisa es verídica hasta cierto punto. Si bien es cierto que es recomendable tener la presión arterial baja antes que alta, no hay que cantar victoria, debido a que puede tratarse de una hipotensión: la contraparte de la hipertensión.
Se considera baja a la presión arterial, cuya lectura es inferior a 90 milímetros de mercurio (mm Hg) para el número superior (sistólica) o 60 mm Hg para el número inferior (diastólica), de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
La presión arterial baja o hipotensión, es una situación de cuidado que debe ser diagnosticado por un médico de confianza, y aunque no presenta afectaciones graves en su forma leve, sí puede ser un síntoma de otras enfermedades que deben ser tratadas de raíz, según explicó el portal especializado.
El portal mencionado enlistó algunos de los síntomas que un paciente presenta cuando sufre de hipotensión leve:
- Visión borrosa o cada vez menor.
- Mareos o aturdimiento.
- Desmayos.
- Fatiga.
- Dificultad para concentrarse.
- Náuseas.
Sin embargo, se resaltó que hay otros síntomas que se presentan cuando la tensión arterial baja representa un riesgo urgente para la salud del paciente, afirmando que, si una persona sufre de estas afecciones, debería remitirse a un médico lo más pronto posible.
Por esta razón, es necesario tomar medidas para contrarrestar la hipotensión, en la que se puede incluir algunos alimentos que ayuden a normalizar la presión arterial, y se trata de:
- Jengibre: la raíz tiene propiedades que ayudan a estimular la circulación sanguínea y la presión arterial. Así que se aconseja rallar y exprimir para conseguir el zumo para agregarlo a una ensalada o tomarlo en infusión.
- Algas: tienen alto contenido de minerales que puede servir para la afección. Aunque, se tiene que evitar cuando se está consumiendo medicación para la tiroides o hipertiroidismo.
- Hierro, vitamina B12 y ácido fólico: la falta de estos nutrientes pueden generar dicha afección porque se reduce la producción de glóbulos rojos y, en consecuencia, el suministro de oxígeno a los tejidos. Es ahí, cuando el cuerpo responde disminuyendo la presión arterial para maximizar la posibilidad de que el oxígeno llegue a las células.
Los expertos recomiendan comer alimentos ricos en hierro como las legumbres, la frambuesa, las espinacas, los pistachos, el mijo, la quinoa o el brócoli. También, comidas que tengan vitamina B12 como lo es el pescado y los lácteos. Y por último, que contengan ácido fólico como las verduras, naranjas, entre otros.