Alimentarse de manera equilibrada y saludable es una de las mejores formas de garantizarle al cuerpo los nutrientes necesarios para gozar de una buena salud, un tema que debe ser constante en todas las etapas de la vida.

Sin embargo, en la lactancia cobra aún mayor importancia, pues de lo que madre coma va a depender la calidad de la leche que le brinde a su bebé.

Según el portal Guía Infantil, cuando una mujer está amamantando los nutrientes que se encuentran en su cuerpo, tanto en reservas como en su alimentación diaria, van a ser determinantes en la conformación de su leche materna y por ello es importante la ingesta diaria de alimentos que le aporten vitaminas, minerales, proteínas y carbohidratos.

El instituto de investigación Mayo Clinic indica que la madre debe concentrarse en soluciones dietarias que favorezcan no solo la producción de leche sino su calidad. Recomienda optar por alimentos ricos en proteínas, como carnes magras, huevos, lácteos, frijoles, lentejas y mariscos con bajo contenido de mercurio.

También los especialistas de esta institución sugieren elegir una variedad de cereales integrales, así como frutas y verduras. “Comer alimentos variados mientras amamantas cambiará el sabor de la leche materna. Esto expondrá al bebé a distintos sabores, que pueden ayudarle a aceptar alimentos sólidos con mayor facilidad más adelante”, precisa la citada fuente.

Grasas saludables

Guía Infantil indica que en lo relacionado con el consumo de grasa, por ejemplo, es importante inclinarse por aceites vegetales como el de oliva, de coco, aguacate y nueces que, además de ser grasas saludables, son ricos en ácidos grasos omega-3 y omega 6, lo cual favorece el desarrollo neurológico del bebé.

Por ejemplo, el aguacate, es rico en ácido fólico, que es la forma sintética de la vitamina B9 o folato y, junto con la vitamina B12, contribuyen a la creación de las células rojas de la sangre, previniendo anemias. También es vital para el desarrollo de la función nerviosa y para la formación del ADN, asegura información del portal Bebés y Más.

Además, es importante que las madres lactantes incluyan en la dieta alimentos que contengan vitamina B1 (tiamina), debido a que este nutriente ayuda a metabolizar los carbohidratos, transformándolos en energía.

“Los frutos secos, las carnes magras, las legumbres y los huevos aportan esta vitamina. La avena, junto a la cebada y la levadura de cerveza, constituyen alimentos muy completos para el aporte de esta vitamina, al que se suman otros elementos importantes como magnesio, calcio y potasio”, precisa Guía Infantil.

Los alimentos ricos en hierro, proteínas y calcio son determinantes en esta etapa de la vida de la mujer y del bebé, según Mayo Clinic. Algunas de las principales fuentes de este mineral incluyen las lentejas, los cereales enriquecidos, las verduras de hojas verdes, las arvejas (guisantes, chícharos) y las frutas secas, como las uvas pasas. Para facilitar que el cuerpo absorba el hierro es importante consumir alimentos ricos en vitamina C.

Las proteínas tampoco deben faltar. Además de las provenientes de los animales como la carne, también es recomendable ingerir las vegetales que se hallan en productos como la soya y legumbres como las lentejas, además de los frutos secos, las semillas y los cereales integrales. Los huevos y los productos lácteos son otras opciones. Los expertos de Guía Infantil aseguran que para fortalecer la calidad de la leche materna, también las madres lactantes deben incluir en la alimentación diaria productos que contenga yodo, el cual es un oligoelemento que el bebé requiere para su óptimo desarrollo psicomotor e intelectual.

“Entre estos alimentos se encuentran el pescado (principalmente bacalao, atún, salmón), la sal yodada, algas marinas, mariscos, pollo, legumbres (judías blancas y verdes), frutos secos (maní, almendras) y frutas frescas como la manzana, que es de alto contenido de yodo y también de agua”, precisa este sitio web.

Por último, es clave el aporte de vitamina A, la cual se halla en las espinacas y las zanahorias, así como en algunas frutas, entre ellas, fresas, naranjas, pomelos y mandarinas.

Adicional a la alimentación, un aspecto determinante en el periodo de lactancia es que las madres mantengan una buena hidratación. La recomendación de los expertos es consumir entre 2,5 y tres litros de líquido al día.