A medida que la humanidad envejece, es usual que el cuerpo sufra distintos daños generales, a los cuales se es vulnerable, especialmente a medida que aumenta la edad, y el sistema inmunológico sufre ciertos efectos degenerativos. Para evitar estos aspectos, es importante que cada individuo pueda contar con un estilo de vida saludable que prevenga dichos cambios.

Dentro de los hábitos que dan paso a mejorar la calidad de vida, es importante poder construir una alimentación rica y balanceada, así como también actos que prevengan el sedentarismo, como por ejemplo, la actividad física.

En cuanto a dichos cambios, es necesario mencionar que los cambios que se presentan en el cuerpo humano, suelen presentarse a partir de la falta de producción de algunas sustancias por parte del organismo, como por ejemplo, el colágeno.

Después de cierta edad el cuerpo deja de producir colágeno. | Foto: Getty Images

Esta sustancia es usualmente reconocida por la forma en que mantiene un aspecto joven para la piel humana, sin embargo, esta posee otras labores, como por ejemplo, el cuidado de las articulaciones, ya que este permite el bienestar de los cartílagos.

El papel con el que cumple estos elementos dentro del cuerpo humano, se ve directamente relacionado con las articulaciones, y al cuidado de las mismas, ya que esto permite la unión entre cada una de ellas y las demás estructuras óseas del organismo.

En caso de que el colágeno empiece a faltar en el cuerpo, el cartílago empieza a verse afectado, siendo esto lo que produce dolores en las articulaciones una vez se llega a edades avanzadas.

Los cartílagos de la rodillas son tejidos firmes y flexibles que protegen los extremos de los huesos en las diferentes articulaciones. | Foto: Jan-Otto

Con el fin de evitar estos aspectos, es importante que se le brinde al organismo las sustancias necesarias para prevenir estos daños. Dichos aspectos, suelen ser fortalecidos a partir de la alimentación, por lo que los hábitos de consumo del individuo juegan un papel clave dentro de estos cuidados.

¿Qué elementos se suelen recomendar?

Un factor clave dentro de estos aspectos, son las vitaminas, estas son capaces de fortalecer o debilitar las funciones del organismo, por lo que son necesarias durante toda la vida de las personas. Entre los diferentes grupos vitamínicos, se suele sugerir de manera central tanto la C, como la D.

Según un estudio expuesto por la National Library of Medicine, que analizó los efectos de la vitamina C en la salud de los huesos y la piel, estableció que el aporte que ofrece este elemento es clave, especialmente a causa de los antioxidantes que permite aportar al organismo, además de que estimula la síntesis dentro del cuerpo de distintas sustancias, entre la que resalta el colágeno.

De esta manera, es común que para fortalecer los huesos, y la presencia de colágeno en el organismo, se recomiende el consumo de alimentos como por ejemplo, piña, naranja, limón, kiwi, u otras frutas que son consideradas dentro del grupo de cítricos.

Por otro lado, otro estudio también expuesto por la National Library of Medicine, que analizó la importancia dentro de la vitamina D en estas afectaciones, explicó que un bajo contenido de esta sustancia en el organismo, produce que las estructuras óseas del cuerpo humano, pierdan minerales claves para su desarrollo, como por ejemplo, el hierro o el calcio.

De igual forma, aseguran que un bajo contenido de esta puede llegar a producir mayores riesgos de fractura ósea para los huesos del cuerpo humano, por lo que el consumo de esta puede fortalecer el cartílago evitando dichos daños para las articulaciones.

Las vitaminas en un consumo medido son claves para el desarrollo del cuerpo humano. | Foto: Getty Images

Para poder cubrir estas necesidades del organismo, se suele recomendar el consumo de ostras, salmón, cereales fortificados, o incluso lácteos capaces de aportar los minerales necesarios para fortalecer a los huesos.

Por tanto, es necesario aclarar la gran importancia que poseen la alimentación en el cuidado de la salud, y de las distintas estructuras del cuerpo humano, especialmente ante los efectos degenerativos del envejecimiento.