El cuerpo cambia de manera natural con la edad y algunos no se pueden evitar, pero las elecciones que se hagan sobre el estilo de vida pueden frenar o acelerar el proceso.

Por ello, el portal web Mujerhoy indica cuáles son los alimentos que se deben evitar después de los 40 años:

1. Azúcares: La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que una persona debe consumir diariamente menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales, lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total.

2. Sal: Al día se debería consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) y según la Organización, la sal debería ser yodada.

3. Grasas saturadas: son las del tipo “malo” y se encuentran en la carne y en otros productos de origen animal, tales como mantequilla o manteca, queso y en toda leche, salvo la leche descremada. Son sólidas a temperatura ambiente. Las grasas saturadas también se encuentran de forma líquida en los aceites de palma y de coco, los cuales se suelen usar en los productos de panadería disponibles en el supermercado. Además, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas, aunque la OMS sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans, a menos del 1 %.

4. Carnes rojas: La Fundación Española del Corazón recomendó en su portal web que en una alimentación saludable y equilibrada, la ingesta recomendada de este alimento es de 3-4 raciones a la semana (raciones de 100-125 g, es decir, un filete pequeño).

No obstante, de otro lado, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina, indicó que algunas cosas que se pueden hacer para reducir los cambios en el cuerpo relacionados con la edad son:

  • Consumir una dieta saludable que incluya frutas y verduras, granos enteros y la cantidad correcta de grasas sanas. Las grasas no saturadas son grasas “buenas” que se encuentran principalmente en las verduras, frutos secos, semillas y pescado. A temperatura ambiente, estas son líquidas, no sólidas. Hay dos categorías grandes de grasas buenas: grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Se encuentran en la mayoría de los frutos secos, productos de soja, aceite de oliva, aceite de maní, aceite de canola, aguacates (paltas), atún blanco y salmón.

No obstante, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.

  • Reducir el consumo de alcohol y hacerlo con moderación. Para los adultos sanos, esto significa una copa por día, para las mujeres de todas las edades y para los hombres, mayores de 65 años. Y hasta dos copas por día, para los hombres menores de 65 años.
  • Evitar el tabaco y las drogas ilícitas.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.