El limón es uno de los frutos más apreciados dentro de la cocina, por su utilidad para brindarles sabor a las preparaciones o elaborar una bebida refrescante en cuestión de instantes; además, es famoso por sus múltiples usos medicinales.

La Fundación Española de la Nutrición destaca sus propiedades nutricionales: este alimento proveniente del continente asiático se caracteriza por ser fuente de vitamina C, un compuesto que es esencial para el cuerpo, pues propicia el fortalecimiento del sistema inmune, al tiempo que previene el daño oxidativo.

Además, contiene otros nutrientes buenos para el cuerpo, como el potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio, en cantidades menores.

Es común que solo se emplee su jugo y se desechen las cáscaras; sin embargo, al igual que ocurre con otras frutas, la cáscara de limón tiene varias cualidades e inclusive puede consumirse. De hecho, en la gastronomía, la corteza se puede rallar para decorar los platos o utilizarse para aromatizar las comidas.

¿Para qué hervir la cáscara del limón?

A la base de la cáscara de limón se puede elaborar una bebida caliente, como té o infusión, para aprovechar las propiedades que se le confieren, gracias a su aporte de fibra, flavonoides y limonoides (fitonutrientes).

Como explican en un artículo de la Revista Nutrición Hospitalaria, estos compuestos son reconocidos por su acción antioxidante, que evita el deterioro causado por los radicales libres a las células del cuerpo.

¿Cómo preparar el té?

Ingredientes:

  • Limón
  • Agua
  • Miel

Preparación:

El primer paso es limpiar bien los limones, sobre todo teniendo en cuenta que en esta bebida se va a emplear la cáscara. Para ello, se recomienda lavar la fruta y frotar un poco la corteza (no hay necesidad de usar un utensilio).

Luego, se deben cortar los limones y extraer el zumo para reservarlo, y utilizarlo en la preparación. A los trozos ya sin jugo se les retira la cáscara y también se guardan para la receta.

Entre tanto, se pone a calentar una taza de agua, añadiendo únicamente las cáscaras que se habían conservado del paso anterior. Se agregan mientras sigue en el fuego para que puedan infusionar el agua.

Una vez suba la temperatura del agua, se tiene que ir sumando de a poco el jugo del limón. Se van echando de a chorritos, para que complemente el sabor de la bebida.

Después, cuando llegue al punto de ebullición, se retira la mezcla del fuego y se espera a que termine de integrarse entre 10 y 15 minutos. Al tratarse de una fruta cítrica y por el amargor característico de su cáscara, es posible que se quiera endulzar la bebida; de ser así, se aconseja hacerlo con miel o acompañar con canela. Esta receta es compartida en el portal de Cítricos Siscaret.

Ahora bien, la corteza del limón también se puede agregar a otras infusiones para darles un toque extra de sabor. Para ello basta con cortar un trozo y añadirlo en el agua aún caliente.

De acuerdo con el portal Mejor con Salud, los beneficios pueden aprovecharse también en frío. Para ello se puede optar por preparar una bebida refrescante, como una limonada, solo que agregando los limones enteros a la procesadora o licuadora, los trozos grandes luego se pueden colar. La entidad sugiere endulzar un poco el agua antes de añadir los limones.

Otra idea la comparten desde el portal Cuerpo Mente: consiste en la elaboración de un aceite especiado con el limón, que puede ir ideal con los pescados, por ejemplo. Para hacerlo solo se tiene que agregar un pedazo de cáscara de limón al aceite que se usa en la cocina, de preferencia de oliva.