El yogur tiene múltiples beneficios, siendo uno de los productos lácteos calificados como los más saludables. Sin embargo, tiene diferencias sustanciales con el normal. ¿Cuáles son?
Además de su particular textura y sabor, este tipo de yogur con su aporte nutritivo contribuye a mejorar la salud y el bienestar. El portal Mejor con Salud distingue las diferencias que tiene el griego con la presentación normal. Entre estas, se destacan el contenido de lactosa, nutrientes y el proceso de colado.
En primer lugar, una de las diferencias significativas es que el yogur griego tiene mayor cantidad de proteínas, grasas, vitaminas y minerales, aparte de ser menor en materia de carbohidratos. Por otro lado, es adecuado para aquellos pacientes intolerantes a la lactosa.
Dentro de su composición, cuenta con un nivel de lactosa menor, en comparación con el yogur normal y otros productos lácteos. Esto ocurre por su proceso de fermentación, el cual mantiene cultivos vivos y activos, encargados de convertir la lactosa en ácido láctico, una sustancia más fácil de absorber para el organismo.
A partir del estudio Is consuming yoghurt associated with weight management outcomes? Results from a systematic review de National Library of Medicine (NIH), la mayoría de personas con intolerancia a la lactosa resisten hasta 12 gramos de lactosa. Por tal motivo, el yogur griego conserva esa magnitud sin afectar al organismo y proporcionándole los nutrientes de la lactosa.
Otra característica es el contenido probiótico, el cual responde a mejorar la flora intestinal. Los probióticos la mantienen en equilibrio, además de contrarrestar los efectos de problemas inflamatorios, inmunitarios y desordenes neurológicos. Cuando una persona tiene diarrea o estreñimiento, el yogur griego es esencial para mejorarse.
Al igual que otros productos lácteos, este tipo de yogur aporta calcio al organismo; por lo cual, previene enfermedades como osteoporosis y otras complicaciones óseas. Sumado a ello, mejora el desarrollo de los huesos, tanto por el contenido de calcio como de fósforo.
Frente a la pérdida de peso, dos de los principales nutrientes presentes en el yogur griego aportan a esto. La cantidad de proteína y grasas saludables generan una alta capacidad saciante en las personas. Si este alimento se agrega con las comidas, en especial con aquellas que aporten proteína, la persona se sentirá llena en más tiempo y reducirá la ingesta total de calorías.
International Journal of Obesity señala que su consumo se asocia con menos grasa corporal, una circunferencia de cintura más pequeña y una menor ganancia de peso. Por otro lado, esta presentación de yogur desarrolla la masa muscular.
Las proteínas son uno de los nutrientes necesarios durante el día y luego del ejercicio físico. Permiten desarrollar la masa muscular y reparar las roturas de fibras ocasionadas por la actividad. En ese orden de ideas, el estudio de NIH encontró que el yogur griego mejora la fuerza, grosor muscular y composición corporal, aspectos fundamentales para las personas que son activas con el ejercicio.
Este producto también es positivo para el sistema nervioso. Tanto la vitaminaB12 como el resto del grupo B presentes en su composición desempeñan un papel en la síntesis de sustancias químicas del cerebro. El funcionamiento de este órgano es clave para un buen estado de ánimo y el correcto desempeño de las funciones neuronales.
Finalmente, la última característica del yogur griego que lo diferencia con el normal es regular la presión arterial y reducir el riesgo de tener complicaciones cardiovasculares. Incluir productos fermentados en la alimentación, tales como el yogur griego, disminuyen los niveles de presión arterial.
Asimismo, es un alimento que los expertos de salud recomiendan para que los pacientes hipertensos y prehipertensas consuman con regularidad. La razón en cuestión son su cantidad de vitaminas y proteínas, que le dan un aire al funcionamiento cardiovascular.