El limón es una fruta pequeña fuente de ácido cítrico y ácido ascórbico o vitamina C, que tiene múltiples usos para darles sabor a la comida y la bebida. También, para prevenir el escorbuto, que es una enfermedad producida por la carencia o escasez de esta vitamina, y que se caracteriza por el empobrecimiento de la sangre, manchas lívidas, ulceraciones en las encías y hemorragias.
Aunque tradicionalmente se conoce por su aporte en la cocina, debido a sus propiedades como condimento o ingrediente en platos, postres y tortas, ayudan a temas de salud y el cuidado personal.
También se consume en algunas bebidas como el té y otras infusiones, ya sea por su jugo (zumo) o su cáscara, así como en bebidas alcohólicas y cocteles.
Así mismo, por su alta concentración de vitamina C, se convierte en un nutriente que ayuda a proteger a las personas contra las afecciones cardiovasculares, contribuye a prevenir y tratar la neumonía, y favorece la absorción del hierro y fortalece el sistema inmune.
“La principal propiedad del limón es el aporte de vitamina C en la salud: es un nutriente esencial; significa que el organismo no puede fabricarlo y debe ser incorporado con la alimentación”, señaló la Licenciada en Nutrición Cristina Maceira.
La especialista explicó que esta fruta posee carotenoides que tienen grandes beneficios para la salud: son antioxidantes, tienen efectos positivos sobre el sistema inmunitario, promueven la formación de hueso y la salud ocular, y disminuyen el riesgo de cáncer.
“El limón actúa como potente antioxidante, inhibiendo la formación de radicales libres, responsables del envejecimiento de las células del cuerpo. Evita el envejecimiento de nuestras células y tejidos, mejorando la expectativa y calidad de vida”, dijo la nutricionista al portal San Miguel.
Así mismo, la presencia de flavonoides funciona como defensa contra la radiación UV y la agresión de patógenos.
Las pectinas (sustancias neutras que se encuentran en muchos tejidos vegetales y que se emplean en la alimentación para darles consistencia a la mermelada y a la gelatina) presentes en el limón (que se extraen de la cáscara y las membranas) contribuyen a un correcto funcionamiento del tracto intestinal. Así, ayudan a prevenir divertículos intestinales y constipación, relacionando su consumo con disminución de la colesterolemia y del riesgo de cáncer colorrectal.
Tomar agua de limón en ayunas
Los especialistas han destacado que tomar un vaso de agua con limón en ayunas tiene importantes beneficios en la salud, como mejorar la digestión y la absorción de grasas, ya que estimula la producción de bilis y mejoraría la función hepática.
La nutricionista Laura Parada, directora técnica de Slow Life House, explicó que de esta manera se ayuda a poner en marcha el proceso de digestión por la mañana porque puede calmar la indigestión, la acidez estomacal y la hinchazón.
Además de la vitamina C, el limón es rico en vitamina B, calcio, hierro, magnesio, potasio y enzimas, lo que permite reforzar el sistema inmunológico.
La especialista destacó que el agua de limón estimula el metabolismo e hidrata el cuerpo, mejora el tránsito intestinal e hidrata el colon debido a su contenido de fibra. Para la experta, tomarlo en ayunas puede ayudar a personas que sufren de estreñimiento.
Por su contenido de potasio, este mineral cuida y favorece la actividad de las células nerviosas, por lo que muchos de los procesos cognitivos mejorarán.
Igualmente, por ser rico en flavonoides, como la hesperidina, contribuye a una correcta circulación sanguínea. Además, según un estudio realizado por el Centro de Investigación de Nutrición de la Universidad de Boston, estas sustancias naturales reducen las probabilidades de padecer accidentes cerebrovasculares.
Los expertos han destacado que el consumo de agua de limón ayuda a reducir el estrés por la presencia de vitamina C, que reduce el cortisol en la sangre y ayuda a la persona a estar más relajada y concentrada, de acuerdo con una publicación de la psicóloga Valeria Sabater en el portal La mente es maravillosa.
La nutricionista Laura Parada le señaló a la revista Vogue que el agua de limón en ayunas se debe consumir en agua templada y no caliente, debido a que tomarlo a una temperatura igual a la del cuerpo se absorbe mucho más rápido por el hecho de que no tiene que descender su temperatura para poder asimilarla.