La sandía es una de las frutas más jugosas y por eso se convierte en un excelente acompañante para esos días de calor. Pero a pesar de contener una gran cantidad de agua, es fuente de varias vitaminas como la A y la C y de antioxidantes que ayudan a la reducción de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Lo usual es que se consuma su pulpa, sin embrago, su cáscara puede proporcionar grandes beneficios para el organismo al igual que sus semillas.
Beneficios de la cáscara y de las semillas de la sandía
Cuando vuelva a comer sandía no bote su cáscara ni sus semillas pues tienen nutrientes que benefician al organismo.
Según Consumer Reports, la cascara “sabe un poco a pepino y es crujiente como la jícama. Es incluso más alta en citrulina que la pulpa y además, aporta unos 14 gramos de fibra por onza”.
Por otra parte, contiene nutrientes beneficiosos como fibra, citrulina y antioxidantes. La citrulina se convierte en arginina en el cuerpo, un aminoácido que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.
Además, gracias a la vitamina C que contiene ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, protegiendo al cuerpo de enfermedades, y su fibra regula el tránsito intestinal.
¿Cómo consumir la cáscara de la sandía?
De acuerdo al portal Mejor con salud, en un artículo revisado por la pedagoga en educación física y nutricionista Elisa Morales Lupayante, asegura que una de las formas de consumir la cáscara de la patilla es a través de una infusión.
Para lograr esta bebida, debe cortar la cáscara en trozos pequeños y sumergirlos en un recipiente con agua hirviendo por unos minutos, deje enfriar y colóquele las especias que desee junto con unas goticas de limón.
Otra forma de consumir la cáscara es en forma de encurtidos o en batidos, licuando la cáscara junto con la pulpa de la sandía.
Por otra parte, a la cáscara de esta fruta es utilizada con otros fines como abono para las plantas, un snack para aves o como un tip para darle un toque especial a los postres, pues la infusión se le puede añadir a la receta de una torta o gelatina.