Investigaciones previas han confirmado que las personas que fuman cigarrillos mentolados lo hacen más frecuentemente y tienen menos probabilidades de dejar el hábito. Sin embargo, un estudio reciente ofrece una explicación del porqué: el aroma hace que el cerebro se vuelva más sensible a la nicotina. Un estudio publicado el 5 de diciembre en el portal científico Newscientist.com encontró que el mentol hace que se desarrollen más receptores de nicotina en el cerebro. Esto significa, según los investigadores, que aumenta las propiedades adictivas de la sustancia. El año pasado, científicos estadounidenses encontraron que quienes fuman cigarrillos mentolados desarrollan un número mayor de estos receptores que los fumadores de cigarrillos sin aroma, lo que sugiere que los primeros tienen un potencial más alto de generar dependencia. Con este nuevo estudio, los investigadores querían entender cómo el mentol produce estos cambios en el cerebro. En el experimento se expusieron ratones a mentol combinado con nicotina y a mentol solo, para encontrar que, incluso sin la nicotina, el número de receptores cerebrales aumentó en un 78 % en una región del cerebro llamada área tegmental ventral, que se asocia a la adicción. El doctor Brandon Henderson, del Instituto de Tecnología de California de Estados Unidos, dijo: "Estos datos muestran que el mentol no es simplemente un aditivo de aroma como muchos creíamos". Si el efecto es el mismo en los seres humanos, esto podría explicar por qué los fumadores de cigarrillos mentolados tienen más dificultad para dejar el hábito. La doctora Marina Picciotto, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EE. UU.), dijo a New Scientist que estos hallazgos sugieren que el mentol potencia las propiedades adictivas de la nicotina. La noticia llega después de que investigadores canadienses hallaron que jóvenes que fuman productos mentolados consumen un promedio de 43 cigarrillos a la semana, casi el doble de los 26 que consumen sus contrapartes que prefieren los no mentolados. Los fumadores de mentol también eran casi tres veces más propensos a decir que piensan seguir fumando en el año siguiente. Otro estudio publicado en noviembre halló que los fumadores de cigarrillos mentolados consultaban más frecuentemente a los servicios de urgencias que quienes preferían los productos sin aroma. Adicionalmente, investigadores estadounidenses hallaron que las personas que fumaban cigarrillos mentolados también fueron hospitalizadas más frecuentemente debido a empeoramientos de enfermedades pulmonares, en comparación con quienes usaban tabaco sin aromatizantes. Estos empeoramientos, o exacerbaciones, incluían dificultad para respirar o un aumento importante de la flema (expectoración). "El atractivo de los cigarrillos mentolados entre los jóvenes se debe a la percepción de que son menos dañinos que los cigarrillos regulares", dijo Sunday Azagba, autor principal del estudio realizado en la Universidad de Waterloo, en Canadá, y publicado en la revista Cancer Causes and Control. Azagba asegura que "hay una creciente preocupación de que la gran popularidad de los cigarrillos mentolados entre los jóvenes pueda obstaculizar los recientes progresos hechos en cuanto a la prevención del tabaquismo en este grupo etario, debido a que muchos de ellos prefieren experimentar con cigarrillos mentolados que con los que no tienen aroma".