Formar parte de un equipo de trabajo y ajustarse a las demandas laborales puede ser algo tormentoso. Un ambiente laboral sano y equilibrado permite que todas las personas se colaboren conjuntamente, pero existe una que otra indiferencia que puede causar un despido definitivo.
En ocasiones, un mal día hace que los jefes y las personas que lideran la jerarquía organizacional se sientan un poco incómodos con los empleados. Especialistas en contratación laboral dicen que algunas acciones no indican que el trabajador sea una mala persona, pero sí es necesario advertir sobre un par de hábitos que podrían incidir en la cultura empresarial.
“Es probable que un solo mal hábito no provocará que te despidan de inmediato, pero el efecto acumulativo de los malos hábitos con el tiempo sí pueden hacerlo”, manifiesta la doctora Katherine Brooks, directora ejecutiva de la oficina de desarrollo personal y de carrera en la Universidad Wake Forest, en la revista Forbes.
Los malos hábitos laborales pueden ser causantes de aislamientos, desempeños bajos y falta de interés por lo que se hace en la oficina. De hecho, expertos en marketing digital estiman que un hábito acumulativo puede acabar por completo una carrera profesional.
De esta manera, el problema no está en tener una mala costumbre, sino en no percibir por sí mismo la situación: “La gente rara vez se da cuenta de que tiene esos hábitos”, dice Rick Myers, fundador y director ejecutivo de Talent Zoo.
Sea cual sea la situación que acarrea una acción continua e indispuesta, es necesario tener en cuenta recomendaciones para evitar ser suspendido y, en el peor de los casos, despedido de las labores contratadas.
Malos hábitos que pueden costar el trabajo
- Mentira:
La citada revista informa que falsificar algún documento o credencial es un mal hábito, principalmente cuando se trata de referencias laborales. Además, mentir sobre las horas de trabajo, no cumplir las metas impuestas de producción y hacer uso indebido de los elementos de las organizaciones podría ser causante de despido. “La manera más segura para que cualquiera de nosotros pierda el trabajo de forma repentina y miserable es tener el hábito de desviar las verdades y mentir, aunque sea de formas pequeñas”, menciona la psicóloga Ann Kaiser Stearns.
- Procrastinación:
Se considera que esta acción puede ser la más perjudicial para una empresa. Desde luego, cuando una persona aplaza actividades constantemente el equipo puede verse afectado en cualquier rango. Dejar todo a último momento no es la mejor opción; la rapidez solo produce pérdida de tiempo, dice Brooks, y agrega que el primer culpable puede ser el que entrega todo sin seguir las reglas.
- Negatividad:
Proyectar buena energía y aura no es algo que a muchos les funciona. Sin embargo, rodearse de un entorno negativo puede causar un despido. Aún cuando se cree que todo está perdido, una buena actitud y disposición podría cambiar las cosas.
“A menudo la dirección se refiere a los empleados negativos como cáncer y deberán ser extirpados en algún momento”, sostiene Amy Hoover, presidenta de Talent Zoo.
- Impuntualidad:
En algún momento de la vida el tiempo hace una jugada e impide llegar a los trabajadores en los horarios establecidos por la organización, pero suele ser una caso de muchos. Adoptar la impuntualidad laboral es como engañarse a sí mismo, ya que no habrá respeto de por medio. En consecuencia, los compañeros de trabajo se pueden molestar, pues los horarios se deberían cumplir sin preferencia alguna, es decir, todo debe acaparar a la equidad.
- Adicción a redes sociales:
Estas plataformas de interacción han sido adoptadas por cientos de organizaciones para ganar mayor visibilidad y acceso hacia el consumidor, espectador y cliente. No obstante, las redes sociales personales pueden ser una distracción total y entrar más de 20 veces a observar lo que está pasando en la sociedad en línea es una causal más para dejar el trabajo. Se recomienda ver la redes sociales como una fuente informativa y puntual que devenga el ente corporativo.