Tener un gato en casa puede ofrecer varios beneficios y los cuatro principales son:

1. Compañía y afecto: los gatos son mascotas cariñosas y pueden brindar una compañía reconfortante, ya que su presencia puede ayudar a reducir la sensación de soledad, especialmente para las personas que viven solas o pasan mucho tiempo en casa. Acariciar a un gato y escuchar su ronroneo puede ser reconfortante y relajante.

2. Reducción del estrés: se ha demostrado que la presencia de un gato puede ayudar a reducir el estrés. Acariciar un gato libera endorfinas y disminuye la producción de cortisol, la hormona del estrés. Además, observar a un gato jugar o simplemente descansar, puede ser una actividad relajante que ayuda a aliviar el estrés diario.

Los gatos son excelentes compañeros. | Foto: Jan Håkan Dahlström

3. Mejora de la salud mental y emocional: tener un gato en casa puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional. Los estudios han demostrado que la interacción con gatos puede reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y ayudar en el manejo de la depresión. Además, los gatos también pueden brindar un sentido de propósito y responsabilidad, lo que puede ser beneficioso para algunas personas.

4. Estimulación y entretenimiento: los gatos son animales curiosos y juguetones. Proporcionarles juguetes y oportunidades para explorar y jugar puede mantenerlos activos y estimulados. Además, observar sus travesuras y trucos puede ser entretenido y divertido. La interacción con un gato también puede fomentar el ejercicio, ya que a menudo requieren actividad física y juegos interactivos.

La presencia de un gato en el hogar se ha relacionado con niveles más bajos de estrés y presión arterial. | Foto: Getty Images

Razas de gato recomendadas para tener en casa

La elección de la raza del gato dependerá de las preferencias personales y el estilo de vida.

Por ello, algunas razas populares y recomendadas para tener en casa son:

  • Gato doméstico de pelo corto: los gatos domésticos de pelo corto son una opción maravillosa para aquellos que buscan un compañero felino sin preocuparse demasiado por los requisitos de cuidado del pelaje. Son gatos amigables, adaptables y vienen en una amplia variedad de colores y patrones.
  • Maine coon: son gatos grandes y majestuosos. Son conocidos por su tamaño impresionante, su naturaleza amigable y su pelaje largo y tupido. Son gatos sociables, inteligentes y se llevan bien con las familias y otros animales.
  • Siamés: los siameses son conocidos por su apariencia elegante y su personalidad extrovertida. Son gatos inteligentes, cariñosos y vocales. Les gusta interactuar con sus dueños y pueden ser muy juguetones.
  • Ragdoll: los ragdolls son conocidos por su temperamento tranquilo y suave. Son gatos grandes y de pelaje semilargo, con ojos azules brillantes. Son cariñosos, dóciles y se llevan bien con niños y otros animales.
Los gatos tienen comportamientos diferentes. | Foto: © Sally Anscombe 2019
  • Bengala: los gatos bengalíes son una raza activa y enérgica. Tienen un pelaje exótico que se asemeja al de un leopardo. Son inteligentes, curiosos y les gusta jugar. Los bengalíes necesitan mucho ejercicio y estimulación mental.
  • Birmano: estos gatos son amistosos, seguros de sí mismos y siguen a los humanos a donde vayan. Es importante tener en cuenta que su pelo demanda mucho cuidado, además de dejarlo esparcido por todo lado.
  • American wirehair: son curiosos, se adaptan fácilmente a los niños y a los perros y poseen muy buena salud. Pueden vivir unos 18 años.
  • Balinés: esta raza es amorosa e ideal para compartir el espacio con los niños y con otros animales. No obstante, es importante saber que maullan bastante por lo que pueden resultar ruidosos.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado en SEMANA.