La piel es uno de los órganos más sensibles y el paso de los años le cobran factura. La exposición al sol, los cambios en el clima y la contaminación ambiental son agentes nocivos que la afectan.

Por esta razón es importante tomar acciones tendientes a cuidarla y protegerla, pues además de ser un aspecto clave desde el punto de vista estético, mantenerla saludable ayuda a que cumpla con una serie de funciones determinantes para el cuerpo.

Por ejemplo, la piel aísla y protege al cuerpo frente a agresiones tóxica y químicas, así como del calor, el frío, la radiación ultravioleta y los microorganismos patógenos, entre otros. También se encarga de regular la temperatura del organismo y permitir la percepción del tacto, según información de la compañía de salud Sanitas, de España.

Sin embargo, con la edad comienzan a evidenciarse líneas de expresión, arrugas, manchas, pecas y hasta resequedad, según el instituto de investigación Mayo Clinic. Este es un proceso natural en el que la piel va perdiendo sus características de firmeza, lozanía y elasticidad, producto precisamente de esos agentes externos, pero también de los cambios naturales que se dan en el cuerpo y los malos hábitos de vida.

Dado que después de los 50 años estos signos tienen a intensificarse, es clave suministrarle al cuerpo nutrientes que ayuden a retrasarlos y a mantener la piel en buenas condiciones.

Agua

El consumo de este líquido es una de las mejores formas de cuidar la piel, pues el cuerpo necesita reponer los que pierde, por lo que la recomendación de los especialistas es tomar entre dos y tres litros diariamente. El agua no solo ayuda a mantener la piel hidratada, sino a que el organismo funcione bien, elimine toxinas y mejore procesos digestivos, lo que al final termina reflejándose en la salud de la piel.

Antioxidantes

Los rayos ultravioleta, así como el aire contaminado son enemigos permanentes de la piel. Sus efectos se van acumulando hasta que llega a un punto en el que las células no pueden renovarse.

Para retrasar y evitar ese envejecimiento prematuro, es importante incrementar el consumo de antioxidantes. Son vitaminas, minerales y sustancias que se encuentran en los vegetales y en las frutas y que tienen la capacidad de frenar los efectos dañinos de los radicales libres, precisa el portal Cuerpo Mente.

Aquí son especialmente importantes las vitaminas A (en forma de betacaroteno en los vegetales), C y E. Estos nutrientes se encuentran principalmente en verduras de color verde, rojo, amarillo y naranja y en una larga lista de frutas, dentro de las que se incluyen el kiwi, el mango, la papaya, la piña, las fresas y los cítricos, según la biblioteca médica MedlinePlus. Los frutos secos y semillas también son fuente de estas vitaminas.

Ácidos grasos

Cuando el cuerpo no ingiere suficiente cantidad de ácidos grasos saludables, la piel tiende a perder humedad y a resecarse. Además, las grasas son el componente esencial de la barrera protectora de la piel.

“Los lípidos de la piel retienen sustancias ambientales dañinas y evitan a invasores como virus, bacterias y hongos. Sin embargo, con el paso de los años, la capa lipídica de la piel se va debilitando. Esta es también la razón por la que la piel madura se seca más rápido y tiene tendencia a enrojecerse”, asegura la citada fuente.

Estos nutrientes pueden obtenerse de productos cosméticos y también con unos hábitos de alimentos saludables. En general, los cosméticos naturales que contienen grasas vegetales son beneficiosos, precisa Cuerpo Mente.

Colágeno

El colágeno es una proteína de la piel, pero a medida que las personas envejecen su producción se reduce y eso tiene consecuencias en el organismo, razón por la que los expertos recomiendan incluirlo en la dieta.

Aunque normalmente el colágeno se conoce como componente de cremas y productos de cosmética que ayudan a retrasar la pérdida de la elasticidad de la piel y a aumentar la tersura de la misma, lo cierto es que tomar esta proteína también brinda muchos beneficios.

Algunos alimentos en los que se puede encontrar son: atún, sardinas o salmón, así como los huevos, el limón, la cebolla y los frutos secos. Los tomates, lácteos como la leche y las fresas, además de la gelatina son igualmente alimentos recomendados por los especialistas que pueden consumirse en cualquier momento y a cualquier edad.