La depresión es un trastorno mental muy común en las personas, esta condición genera una variación en el estado anímico de quien lo padece, generando tristeza, melancolía e infelicidad durante un periodo determinado de tiempo.
Este trastorno tiene la capacidad de ir evolucionando, pasando de un problema leve a uno más grave. El sufrimiento que esta enfermedad genera afecta el desarrollo de las actividades diarias de una persona, ya sean actividades laborales, escolares o familiares.
Esta enfermedad silenciosa se ha venido visibilizando con el paso del tiempo, ya que en algunas sociedades no se le da la importancia de una enfermedad, por lo que quienes la padecen tienen que vivir un calvario guardando silencio.
Según cifras entregadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo el 5 % de los adultos padecen depresión.
“La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, pues se estima que afecta a 3,8 % de la población, incluidos 5 % de los adultos y 5,7 % de los adultos de más de 60 años. A escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas tienen depresión”, señala la autoridad mundial.
Algunos de los signos de alarma que pueden indicar la presencia de depresión en una persona, según el portal digital Medline Plus pueden ser un estado de ánimo bajo y de mayor irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño, cambios grandes en el apetito, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
Los niños también pueden ser pacientes con depresión, por lo que la recomendación que hacen los expertos a los padres de familia es a estar atentos a los comportamientos de los pequeños, además del rendimiento escolar, en caso de tener sospechas de que el niño padezca depresión lo mejor es solicitar ayuda de un profesional de la salud mental.
Impacto para el cerebro
El cerebro es ese majestuoso órgano central, capaz de controlar las funciones generales del cuerpo humano, así como también es el centro de los pensamientos y recuerdos. La depresión puede traer impactos negativos en el cerebro debido al constante desequilibrio que provoca en los neurotransmisores.
La depresión se produce cuando neurotransmisores como la serotonina y la dopamina (encargadas de dar la sensación de felicidad) se desequilibran, esto suele suceder a partir de la aparición de un hecho doloroso que generan un descenso en los niveles de dichas sustancias, generando una depresión.
La hormona del estrés es otro componente que aparece en altas cantidades en el sistema nervioso central cuando se padece de depresión, esto trae algunas consecuencias nocivas para el cerebro. El portal experto en salud mental Psiquefunciona se refiere a como el estrés se convierte en un aliado de la depresión.
“La depresión también afecta el hipocampo, encargado de la generación de nuevas neuronas, del aprendizaje y la memoria. El estrés continuado hace que el hipotálamo produzca mayores niveles de cortisol, la llamada ‘hormona del estrés’ reduciendo la actividad del hipocampo”, explica.
Por esa razón, una persona que padezca depresión tiene una habilidad menor para una renovación neuronal, lo que complica la lucha contra sensaciones como el miedo.
Además, el estrés tiene consecuencias para la amígdala cerebral, parte capaz de controlar la sensación de miedo, por lo que se puede presentar dificultades para superar temores a la hora de afrontar situaciones laborales, familiares o de la cotidianidad.
“La persona depresiva se vuelve más propensa a sentir como amenazantes situaciones que no lo son, lo que en ocasiones deriva en ataques de ansiedad. Además, se produce una desconexión entre la amígdala y las áreas del cerebro ligadas a las emociones, provocando una percepción negativa de la información externa”, señala Psiquefunciona.