La deshidratación aparece cuando el organismo pierde más agua de la que suele ingerir y en muchos casos puede ocasionar graves enfermedades. Como tal, este problema es muy frecuente en adultos mayores porque la función cerebral de la sed no funciona de forma óptima como en el caso de los jóvenes.
De acuerdo con el Manual MSD, ciertas afecciones o trastornos como la diabetes mellitus, la diabetes insípida y la enfermedad de Addison aumentan la eliminación de la orina, por lo cual se da lugar a la deshidratación del organismo. Por lo general, cuando este problema excede un 2 % del peso corporal, el rendimiento y la capacidad de trabajo disminuyen considerablemente.
En ese sentido, la falta de hidratación muchas veces puede pasar desapercibida y tiende solamente a generar dolor de cabeza, cansancio y falta de concentración. Sin embargo, existe otros síntomas que pueden llegar agravar la situación como resequedad en la boca, debilidad muscular, confusión, resequedad en la piel y fatiga. Además de esto, Saber Vivir Tve indica que el color de la orina también es un indicador para identificar si hay deshidratación o no, pues una orina clara indica que el organismo está hidratado.
Por lo general, el organismo tiende a deshidratarse por diferentes causas, entre ellas, la sudoración excesiva al momento de hacer ejercicio, tener fiebre, vómitos o diarrea y orinar en exceso. En cuanto a los factores de riesgo, los bebés, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas tienen a deshidratarse con mayor facilidad, ya que tienen las defensas bajas.
A medida que la deshidratación avanza, puede aumentar el riesgo de infección, especialmente del tracto urinario, porque los riñones y otros órganos importantes que reciben menos flujo sanguíneo pueden empezar a fallar. El fallo renal es común, pero es reversible si es resultado de una deshidratación y si se trata de manera precoz.
Para tratar este problema de salud, los especialistas del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), señalan que se debe beber agua de forma regular a pesar de no tener sed. Lo recomendado es consumir 330 mililitros cada dos horas y hacerlo despacio para que la temperatura del cuerpo regule fácilmente la temperatura.
Ahora bien, es importante tener presente que las mujeres embarazadas o lactantes también son muy vulnerables a la deshidratación, por ello, IIAS aconseja consumir durante el primer trimestre de embarazo de 2,3 y 2,5 litros de agua al día; en el segundo y tercer trimestre entre 2,5 y 3 litros diarios, y durante la lactancia 3 litros de agua al día.
¿Cómo prevenir la deshidratación del organismo?
- El agua representa aproximadamente el 60 % del cuerpo, por lo cual, es importante consumir alimentos ricos en agua para aumentar la capacidad de hidratación del cuerpo.
- Es importante compensar la actividad física con el consumo de agua y proteínas que hidraten el cuerpo, ya que cada día el organismo pierde alrededor de 2,5 litros de agua a través de la respiración, el sudor, la orina y las heces.
- Las autoridades como la EFSA y la OMS recomiendan beber 2.5 litros al día para hombres y 2 para mujeres.
- Las bebidas isotónicas están concebidas para reponer los electrólitos que se pierden al practicar ejercicio intenso; se pueden ingerir para prevenir la deshidratación.
- Las personas propensas a sufrir cálculos renales, infecciones urinarias y eventualmente insuficiencia renal, deben aumentar el consumo de agua diario.