De acuerdo con la Clínica Mayo, el jet lag es un “desfase horario” que aunque es temporal, “afecta a cualquier persona que atraviese rápidamente varios husos horarios”.
Según explica, se produce cuando hay una alteración de los ritmos circadianos que en palabras de los National Institute General Medical Sciencie “son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. Estos procesos naturales responden, principalmente, a la luz y la oscuridad, y afectan a la mayoría de seres vivos, incluidos los animales, las plantas y los microbios”.
En este sentido, cuando dichos ritmos circadianos se ven alterados porque se viaja a diferentes lugares con horarios distintos, lo que hace es desincronizarse y, por tanto, afectar el “reloj interno” mismo que “regula el ciclo de sueño y vigilia”.
Otra explicación que brinda el centro especializado sobre el porqué de la aparición del jet lag es por “los cambios de presión en la cabina y las elevadas alturas asociadas a los viajes aéreos pueden provocar algunos de los síntomas de desfase horario, independientemente de los husos horarios que cruces”, indica citando algunas investigaciones.
Cualquier persona puede experimentar jet lag; sin embargo, la Clínica menciona que un adulto mayor tiene más probabilidades de verse afectado ya que se demora más en acostumbrarse al nuevo huso horario.
Asimismo, afirma que viajar hacia el este, hacer vuelos constantes y atravesar varios lugares, son factores de riesgo para que se desajuste ‘el reloj interno’.
Y aunque hace una lista de prevenciones para que no afecte esta desincronización horaria, como reducir la ingesta de cafeína, ciertamente, un estudio de la Universidad de Sidney menciona dos alimentos que pueden llegar a ser útiles para reducir el jet lag, ¿cuáles son?
Los alimentos que podrían reducir el jet lag
La Universidad de Sidney (Australia) llevó a cabo un estudio junto con una aerolínea encontrando que el chocolate y los chiles son alimentos que mejoran el bienestar de los viajeros reduciendo el impacto negativo del jet lag. No solo eso, menciona que estudios preliminares afirman que el ejercicio es importante para tal fin.
Aunque es un estado temporal donde el cuerpo necesita adaptarse a sus nuevos ritmos y horarios, no solo el sueño se ve afectado sino incluso los hábitos alimenticios.
Incluso para promover la vigilia y el sueño de los viajeros participantes de la iniciativa -que pretende abarcar vuelos de larga distancia de Sidney a Nueva York y a Londres, respectivamente-, los expertos se enfocaron en el reloj biológico de los viajeros modificando su menú -durante el viaje-.
De ahí que se destacaron otros alimentos como el pollo y el pescado junto a las sopas, todo con el fin de fomentar la producción de triptófano mismo que guarda relación con el sueño.
Los hallazgos de este proyecto contaron con 23 clientes voluntarios que viajaron de Perth a Londres, adaptándose a la investgación, donde se personalizó la exposición a la luz, los hábitos alimenticios, concluyendo que estos últimos mejoran el sueño y la capacidad cognitiva disminuyendo el jet lag.
Chocolate
Una de las características para destacar del chocolate es que le brinda energía al cuerpo, lo que quiere decir, que le aporta un alto valor calórico que tras su consumo excesivo contribuye en el aumento de peso.
Además, no cualquier chocolate es ideal para un consumo que beneficie al cuerpo, ya que según Tua Saude, cuando es amargo, es decir tiene alto porcentaje de cacao, tiene antioxidantes útiles para el organismo.
Chiles
Un artículo revisado por la nutricionista Tatiana Zanin, publicado por Tua Saúde, explica que el chile es un fruto picante de la familia de las Panas Capsicum que tiene propiedades antioxidantes. Además, está compuesto de vitamina A y C, con muchos beneficios sobre el cuerpo.
Cabe mencionar que el portal explica que los chiles pican debido a que están compuestos de capsaicinoides.
Sus propiedades antiinflamatorias contenidas en la capsaicina pueden reducir el riesgo de varias enfermedades como el accidente cardiovascular y/o aterosclerosis, entre otros. No obstante, es importante aclarar que no necesariamente elimina el riesgo.