La cebolla es uno de los vegetales más usados en la cocina para sazonar y dar sabor a las comidas. Es un producto que está compuesto principalmente por agua (un 89%), lo que lo hace muy ligero y saludable para el organismo.
En cuanto a vitaminas y minerales, se caracteriza por aportar buenas dosis de vitamina C, potasio, calcio y fósforo, así como un alto porcentaje del oligoelemento cromo y pequeñas cantidades de azufre, bromo, cobalto, cobre, magnesio, silicio y zinc, de acuerdo con información del portal Cuerpo Mente.
También es muy rica fitoquímicos, entre los que destaca el flavonoide quercitina. Este antioxidante, más potente que la vitamina E, tiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y protectoras. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que se trata de un pigmento vegetal que ayuda a reducir la hinchazón, matar las células cancerosas, controlar el azúcar en la sangre y prevenir enfermedades cardíacas.
Dentro de los beneficios que se le atribuyen es que ayuda a cuidar los riñones. Además de su riqueza en quercetina, este vegetal es bajo en sodio, potasio y fósforo, lo que es ideal para proteger la salud de los mencionados órganos.
De acuerdo con el estudio titulado Protective effect of quercetin on kidney diseases: From chemistry to herbal medicines, la quercetina que contiene la cebolla puede aliviar la toxicidad renal, la apoptosis, la fibrosis o la inflamación en una variedad de enfermedades de los riñones.
Adicionalmente, tiene efectos diuréticos, por lo que estimula la excreción de orina, algo que también se relaciona con su contenido en quercetina. Los productos diuréticos aumentan la expulsión de sodio y ayudan a regular la composición y el volumen de líquidos del cuerpo, lo que al final repercute en el bienestar de los riñones y otros órganos.
Adicionalmente, este es un alimento rico en otros compuestos como saponinas, agliconas, cepaenos, flavonoides, organosulfuros y compuestos fenólicos, que también tienen efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores.
Otros beneficios
Otra de las bondades que se le atribuyen a la cebolla es que ayudaría a bajar el colesterol LDL y los triglicéridos, pues contiene unas sustancias llamadas saponinas que disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, como aterosclerosis o infartos.
También se caracteriza por su acción depurativa que se debe a la oligofructosa, un tipo de fibra soluble que promovería el crecimiento de las bacterias buenas en el intestino, según datos de Clinical Gastroenterology and Hepatology. En este sentido, se dice que tiene prebióticos que estimulan el crecimiento de bifidobacterias e inhiben el desarrollo de las que son patógenas. Este equilibrio en la flora intestinal reduce el riesgo de cáncer de colon.
A esto se suma que previene la fermentación intestinal, la presencia de parásitos y hongos, y el estreñimiento. Alivia las digestiones pesadas y la flatulencia con hipoclorhidria, pero no se debe exceder su consumo si se sufre de acidez.
Un aspecto más es que debido a que es fuente de vitaminas E, C y B, así como en ácido fólico, la cebolla ayuda a prevenir los signos del envejecimiento y retrasar señales como las líneas de expresión. Esto de debe a los antioxidantes, los cuales protegen a las células del organismo del daño causado por los radicales libres.
Finalmente, otra de sus bondades para la salud es que ayudaría a regular el azúcar en la sangre, debido también a la presencia de quercetina y compuestos sulfurados que poseen propiedades hipoglucemiantes. Por esta razón, su consumo es recomendado para personas que padecen de diabetes.
Referencias:
Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
Protective effect of quercetin on kidney diseases: From chemistry to herbal medicines
Pharmacological Properties of Allium cepa, Preclinical and Clinical Evidences; A Review