La moringa se ha utilizado para mantener una buena salud en el organismo, debido a sus propiedades medicinales, como antivirales, antidepresivas, antimicóticas y antiinflamatorias.

De acuerdo con el portal Medical News Today, la moringa cuenta con los siguientes compuestos saludables: zinc, fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, vitaminas del grupo B, vitamina C y vitamina A.

La moringa también cuenta con isotiocianato y niaziminina, compuestos que permiten detener el engrosamiento de las arterias, llevando así a que la presión arterial disminuya.

La moringa también cuenta con isotiocianato y niaziminina, compuestos que permiten detener el engrosamiento de las arterias. | Foto: Semana

La planta es rica en fibras y proteínas que ayudan a aumentar la sensación de saciedad, disminuyendo la cantidad de alimentos que son ingeridos y favoreciendo la pérdida de peso.

Además, algunos estudios en animales indican que podría reducir la cantidad de grasa acumulada en el organismo, pero aún falta evidencia científica sobre el tema en humanos.

Asimismo, las personas que consumen la moringa son menos propensas a desarrollar cálculos en los riñones. Esta planta contiene altos niveles de antioxidantes que pueden ayudar a los niveles de toxicidad en los riñones.

De igual forma, la moringa podría ayudar en el control de la diabetes debido a que posee propiedades que ayudan a regular el estrés oxidativo gracias a sus propiedades antioxidantes, que evitan el daño que causan los radicales libres a las células y, a su vez, favorece la disminución de los niveles de azúcar en sangre.

La moringa ayuda a reducir la gravedad de algunos ataques de asma y proteger las constricciones bronquiales. El citado portal indica que se ha demostrado que ayuda a mejorar la función pulmonar y la respiración en general.

Las hojas de la moringa poseen una elevada cantidad de hierro, por lo que su consumo regular podría favorecer el aumento de los glóbulos rojos, la hemoglobina, el hematocrito y del total de hierro en sangre, previniendo y combatiendo la anemia, gracias a un fortalecimiento del sistema inmune.

Las hojas de la moringa poseen una elevada cantidad de hierro, por lo que su consumo regular podría favorecer el aumento de los glóbulos rojos, la hemoglobina, el hematocrito y del total de hierro en sangre. | Foto: Getty Images

Por otro lado, los extractos de moringa podrían ayudar a tratar algunos trastornos estomacales, como la constipación, la gastritis y la colitis ulcerosa. Las propiedades antibióticas y antibacterianas de esta planta pueden ayudar a inhibir el crecimiento de varios patógenos, y su alto contenido de vitamina B ayuda en el proceso digestivo.

¿Cómo prepararla?

Aunque no existe una dosis científica totalmente comprobada que se deba ingerir de moringa, algunos estudios sugieren que la ingesta sea de hasta 400 miligramos por día para que pueda aportar todos sus beneficios, debiendo ser utilizada para complementar o apoyar el tratamiento médico y no para sustituirlo.

Asimismo, en los casos de diabetes e hipertensión es importante consultar con el médico tratante antes de ingerirla, porque podría ser necesario alterar las dosis de los medicamentos que están siendo empleados en el tratamiento de estas enfermedades.

El té es la forma más usada para el consumo de la moringa, debido a que es rápido y fácil de hacer, pudiendo consumirse a cualquier hora del día.

Se requiere de una cucharada de hojas de moringa y un vaso de agua. Se coloca el agua en una olla a fuego medio hasta que hierva, luego se apaga y se agrega la moringa, se tapa y se deja reposar durante cinco minutos. Se cuela y se beben dos tazas al día.

La moringa tiene diferentes propiedades que la hacen un gran aliado para combatir múltiples afecciones. | Foto: Getty Images

Otra forma de ingerir la moringa es en sus semillas, las cuales deben descascarse y tragarse como si fuera una pastilla, con un vaso de agua. Lo ideal es no consumir más de tres semillas al día. Por último, las cápsulas que pueden adquirirse en tiendas naturistas. La recomendación es tomar entre una y dos cápsulas al día, junto con las comidas.

Finalmente, es importante precisar que antes de considerar su consumo se recomienda consultar con un profesional de la salud.