La Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que los pulmones son el órgano más vulnerable a la infección y a las lesiones del ambiente externo, debido a la exposición constante a partículas, productos químicos y organismos infecciosos en el aire. Asimismo, las enfermedades respiratorias constituyen cinco de las 30 causas más comunes de muerte.
Además, la capacidad pulmonar es la cantidad de aire que los pulmones pueden retener, pero existen tres tipos principales de enfermedad pulmonar que no permiten el buen funcionamiento del órgano, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
1. Enfermedades de las vías respiratorias. Estas enfermedades afectan los conductos (vías aéreas o respiratorias) que transportan el oxígeno y otros gases dentro y fuera de los pulmones. Por lo regular causan un estrechamiento u obstrucción de las vías respiratorias. Estas incluyen asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) y bronquiectasia. Las personas con enfermedades de las vías respiratorias con frecuencia dicen que sienten como si “trataran de exhalar a través de un pitillo”.
2. Enfermedades del tejido pulmonar. Afectan la estructura del tejido pulmonar. La cicatrización o la inflamación del tejido hace que los pulmones no se puedan expandir totalmente (enfermedad pulmonar restrictiva). Esto hace que para los pulmones sea más difícil captar oxígeno y liberar dióxido de carbono. Las personas con este tipo de trastorno pulmonar a menudo dicen que sienten como si “llevaran puesto un suéter o un chaleco demasiado apretado”. En consecuencia, no son capaces de tomar una respiración profunda. La fibrosis pulmonar y la sarcoidosis son ejemplos de enfermedades del tejido pulmonar.
3. Enfermedades de la circulación pulmonar. Afectan los vasos sanguíneos en los pulmones. Son causadas por coagulación, cicatrización o inflamación de dichos vasos. Afectan la capacidad de los pulmones para captar oxígeno y liberar dióxido de carbono. Igualmente, pueden afectar la actividad cardíaca. Un ejemplo de este tipo de enfermedad es la hipertensión pulmonar. Las personas que padecen estas afecciones con frecuencia tienen dificultad para respirar cuando se esfuerzan.
Asimismo, los hábitos como fumar y una mala alimentación pueden también afectar la salud pulmonar, según la Asociación de Pacientes con Epoc.
Por ello, los expertos recomiendan evitar el cigarrillo y llevar una dieta sana a lo largo de la vida, ya que esto ayuda a cuidar los pulmones y entre los alimentos que recomiendan los expertos para proteger los órganos están los ácidos grasos omega-3, ya que son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en el organismo.
De igual forma, es ideal consumir alimentos que contengan vitaminas A, D, E y zinc que ayudan a mejorar la función.
Estos ácidos se encuentran en pescado y otros mariscos (especialmente pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas); nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces negras); aceites de plantas (como aceite de la linaza, aceite de soja —soja— y aceite de canola); alimentos fortificados (como ciertas marcas de huevos, yogur, jugos, leche, bebidas de soja —soya— y fórmula infantil), de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (NIH, por su sigla en inglés).
Para finalizar, los expertos también recomiendan hacer ejercicio, rutina corporal que no solo ayuda a mejorar la salud física y mental de las personas, sino que también obliga a los músculos a trabajar más, lo que aumenta la frecuencia respiratoria del cuerpo, y con ello hay un mayor suministro de oxígeno a los músculos.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.