El agua es uno de los líquidos más importantes para mantener el correcto funcionamiento del organismo. Como tal, el agua permite el trasporte de nutrientes a las células; colabora en el proceso digestivo, en la respiración y en la circulación sanguínea; interviene en la contracción de los músculos y da flexibilidad y elasticidad a los tejidos; participa en el buen funcionamiento del cerebro y de los nervios; retrasa el proceso de envejecimiento; entre otras funciones.
Normalmente, cuando el organismo carece de este líquido, no puede desarrollar sus actividades adecuadamente, y también se genera un cuadro de deshidratación crónica que puede poner en riesgo la vida. Por ello, los expertos en salud aconsejan consumir entre seis y ocho vasos de agua al día, para mantener el cuerpo hidratado y en buen funcionamiento.
Sin embargo, muchas personas se cuestionan qué es más beneficioso, consumir agua fría o agua caliente. Ante esto, el portal web Salud 180 indica que en la cultura oriental se considera que beber agua caliente tiene un efecto terapéutico, pero en Occidente esta práctica no es habitual, pues muchos prefieren consumir el agua fría y beberla caliente solo en infusiones. Con ello, la doctora Susan Judas, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, indica para el portal en mención explica el agua tiene diferentes propiedades y dependiendo del momento, será mejor tomarla fría o caliente; no obstante, el consumo de agua caliente ofrece múltiples beneficios para la salud.
“Se ha demostrado que tenemos termorreceptores en el estómago que reaccionan al calor de los alimentos. Por ejemplo, beber agua fría o caliente no provoca diferencias en la temperatura de la piel, pero sí modifica el inicio de la sudoración al hacer ejercicio físico. El agua fría retrasa el inicio de la sudoración al practicar ejercicio, mientras que el agua caliente reduce los escalofríos cuando hace frío exterior”, indica Judas.
Beneficios de consumir agua caliente
- Mejora la digestión: específicamente, el calor de la bebida caliente aumenta la irrigación sanguínea del estómago y del sistema digestivo, lo que puede ayudar a acelerar la digestión.
- Ayuda a combatir el estreñimiento: de acuerdo con un estudio mencionado en Salud 180, se ha comprobado que beber agua caliente modifica favorablemente la composición de la microbiota. Esto está directamente vinculado con el estreñimiento, especialmente cuando presentamos una disminución de bífidobacterias y un aumento de arqueas productoras de metano.
- Reduce la cogestión nasal y los resfriados: se ha logrado comprobar que ingerir líquidos calientes aumenta la velocidad del flujo nasal, en comparación con agua fría o a temperatura ambiente. De este modo, el consumo de agua caliente ayudar a acelerar el proceso de curación de un resfriado o a la congestión nasal.
- Reducir el estrés: el consumo de agua o bebidas calientes aumenta la sensación de relajación, especialmente si son infusiones de hierbas con estas propiedades.
Ahora bien, la especialista en salud Judas indica que, por lo contrario, consumir el agua muy caliente se ha relacionado con cáncer de esófago por la adaptación de estas células a la lesión que les genera el exceso de temperatura. Por ello es importante regular su consumo y no beberla en temperaturas tan altas.
Beneficios de tomar agua con limón en ayunas todos los días
- Facilita la hidratación del organismo, pues muchas personas no desarrollan un gusto por beber agua en las mañanas y el agregar el sabor del limón puede ayudar a estimular el hábito de tomar líquidos en ayunas. Además, tomar agua en las mañanas es una forma eficaz de estimular el metabolismo.
- Refuerza el sistema inmunológico, gracias a que se trata de una bebida altamente rica en vitamina C, además, posee vitamina B, calcio, hierro, magnesio, potasio.
- Favorece el cuidado de la piel debido a que se consume un elevado contenido en antioxidantes
- Mejora el tránsito intestinal e hidrata el colon, la bebida es un buen recurso para tratar el estreñimiento y como el limón es rico en fibra, también ayuda a mejorar los procesos intestinales