Las patas de pollo son una comida típica en algunos lugares de Colombia, y muy tradicional para algunas familias, pues siempre se le atribuyeron múltiples beneficios para la salud. De hecho, de acuerdo con el portal Healthline, estas patas son bastante nutritivas pues contienen:

  • Proteínas (14 gramos)
  • Grasa (10 gramos)
  • Calcio
  • Fósforo
  • Vitamina A
  • Folato (vitamina B9): que ayuda a prevenir anomalías congénitas.

En este tipo de producto es donde más colágeno existe (un 70 %), lo que ayuda a la salud de la piel. El colágeno le proporcionará a la piel hidratación, aspereza, elasticidad y densidad.

Este tipo de alimentos se pueden aprovechar para preparar sopas. Sin embargo, no se pueden consumir en exceso, ya que traen consecuencias para el organismo, debido a que por lo general contiene mucha grasa.

grasa en la espalda | Foto: GettyImages

Por lo general, este producto contiene bastante grasa en su piel y se recomienda retirarla antes de cocinarla.

Por otro lado, el caldo de patas de pollo es un remedio infaltable en muchos hogares para aliviar la pesadez estomacal, problemas digestivos, combatir los resfriados o para nutrirse después de algún procedimiento médico, e incluso es considerado el aliado perfecto para acompañar la resaca y dar vitalidad al cuerpo.

Sin embargo, pocos conocen su gran efecto frente a la presión arterial, que es la fuerza de la sangre al empujar contra las paredes de las arterias. Cada vez que el corazón late, bombea sangre hacia las arterias. Por eso, la presión arterial es más alta cuando el corazón late, bombeando la sangre. Esto se llama presión sistólica y cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y a esto se le llama presión diastólica, según el portal Medline Plus.

El Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo señala que la presión arterial se relaciona en gran medida con el consumo excesivo de sodio en la alimentación. Por esta razón, es fundamental que las personas controlen su ingesta de este ingrediente con los alimentos. En ese sentido, la carne de pollo, por su bajo contenido de sodio y sus propiedades nutricionales, es un alimento apropiado para incluir en la alimentación diaria de las personas en general, incluidas aquellas con presión elevada.

Vista superior de cuatro tipos diferentes de proteína animal como un filete de ternera cruda, una pechuga de pollo cruda, un filete de salmón crudo y un filete de cerdo crudo en una bandeja de piedra. La bandeja de piedra está en el centro de la imagen y está rodeada de condimentos, especias y verduras. | Foto: Getty Images

Un estudio publicado en la revista HealthDay señala que la sopa de pollo, que ha sido llamada “la penicilina de la abuela” por su capacidad para combatir el resfriado, podría también ayudar a reducir la presión arterial.

Investigadores japoneses encontraron que las proteínas del colágeno encontrado en el pollo podían reducir la presión arterial. Estos colágenos parecen actuar como los medicamentos para la presión arterial llamados inhibidores de la ECA.

“Este estudio sugiere que el colágeno del pollo puede reducir la presión arterial. Pero tenga cuidado. La sal que ponemos al pollo y a la sopa podría contrarrestar o revertir este beneficio potencial”, indicó el Dr. Byron Lee, cardiólogo de la Facultad de medicina de la Universidad de California en San Francisco.

Por esta razón, Ai Saiga y colegas del Centro de desarrollo e investigación de Nippon Meat Packers Inc. buscaron la manera de usar el colágeno del pollo como medicamento para la presión arterial. Su informe apareció en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry.

La carne es rica en colágeno. | Foto: Getty Images

Cabe resaltar que estudios anteriores habían encontrado que la carne de pechuga contenía solo pequeñas cantidades de colágeno, muy poca para crear alimentos o medicamentos para la presión arterial alta. Pero los muslos y las patas de pollo contienen mucho más colágeno, según los investigadores.

“El hidrolizato de colágeno de pollo preparado en este estudio estaba compuesto por alimentos que podrían incorporarse con facilidad a la dieta diaria. Al incorporar estos alimentos en las comidas, podremos normalizar la presión arterial sin comprometer la calidad de vida de los que necesitan esos alimentos”, concluyeron los investigadores.