Alimentar a los niños de manera saludable, incorporando productos variados y ricos en nutrientes y proteínas y, además, generando buenos hábitos alimenticios, es fundamental para su salud tanto en el presente como en el futuro, dado que en la infancia se establecen las bases de una buena conducta alimenticia para toda la vida.
Durante los primeros años, el organismo de un niño se encuentra en crecimiento y formación, razones por las que es más vulnerable ante cualquier deficiencia nutricional, la cual puede afectar no solo su organismo, sino su desarrollo cerebral.
Los problemas de desnutrición en los primeros ocho años de vida pueden traer consecuencias graves y duraderas, impidiendo el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, entre otros aspectos. Por ello es clave realizar un seguimiento adecuado y corregir hábitos en esta etapa. Un estudio realizado por la Universidad de Granada, en España, concluye que una correcta alimentación favorece el buen desarrollo psicomotor y cognitivo de los menores.
Según el sitio web Guía infantil, el 85 % del crecimiento del cerebro se produce durante los tres primeros años de vida y a los seis años está al 90 % de su tamaño definitivo. Dada la importancia del fortalecimiento de la alimentación en edad temprana, estos son algunos de los alimentos que no pueden faltan en la dieta de los pequeños.
1. Pescados: contienen ácidos grasos de omega 3 necesarios para el desarrollo y el buen funcionamiento del cerebro, la memoria y la vista.
2. Huevos: los huevos son recomendados por su contenido de colina, sustancia que construye y repara las membranas neuronales, recupera funciones cerebrales, evita el envejecimiento del cerebro y favorece una función cardiovascular correcta, indica Guía Infantil.
3. Verduras de hoja verde como la espinaca y la col rizada, ricas en antioxidantes, vitaminas y ácido fólico, ayudan a mantener joven el cerebro. La col morada también tiene muchos nutrientes importantes como la vitamina B6, el ácido fólico y la fibra que ayudan con la concentración y la memoria.
4. La leche materna: tiene una cantidad balanceada de ácidos grasos esenciales importantes en la formación de órganos como la retina y el cerebro.
5. Chocolate: uno de los aminoácidos esenciales para el cerebro es el triptófano, el cual es utilizado para la fabricación y producción de serotonina, la hormona que ayuda a sentir bienestar, concentración y calma, precisa el portal Su Médico. Este ingrediente se encuentra principalmente en el chocolate negro, pero también en la leche, los huevos, los pescados y las semillas de girasol.
6. La leche y sus derivados: este es un alimento rico en calcio, que prepara a las células del cerebro para el aprendizaje, al tiempo que contribuye a regular la función nerviosa y a controlar la presión arterial.
7. Yogur griego: las grasas insaturadas son necesarias para la salud del cerebro y este yogur contiene más de este tipo de grasas que uno tradicional.
8. Frutos rojos: las fresas, moras y arándanos son frutas ricas en antioxidantes que previenen el daño al cerebro provocado por las toxinas.
9. Granos enteros: los cereales integrales, la avena, el arroz integral y el salvado de trigo son recomendables porque mejoran la circulación y la memoria en los niños.
10. Otras frutas: aportan azúcares sencillos, principal alimento del cerebro. Los bananos, por ejemplo, favorecen una correcta transmisión nerviosa. También son recomendables los frutos secos.
El portal Cuídate Plus asegura que la comida debe garantizarle al niño el cumplimiento de sus necesidades nutricionales, por lo que es conveniente que tanto los padres como los comedores escolares se involucren en el diseño de menús sanos y equilibrados, capaces de satisfacer las exigencias alimentarias, así como los gustos infantiles.
Por esta razón, los platos principales deben alternar tanto verduras, legumbres, pastas, arroces y sopas, así como carnes y pescados, y el postre debe ser una fruta o un lácteo.