La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en la parte delantera del cuello, la cual produce hormonas que controlan cómo el cuerpo usa la energía, de acuerdo con Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, explicó que estas hormonas afectan a casi todos los órganos y controlan muchas de las funciones más importantes; por ejemplo, afectan la respiración, la frecuencia cardiaca, el peso, la digestión y los estados de ánimo.

Así las cosas, los problemas de tiroideos incluyen:

  • Bocio, que es cuando hay agrandamiento de la tiroides.
  • Hipertiroidismo, que es cuando la glándula tiroides produce más hormonas tiroideas de las que el cuerpo necesita.
  • Hipotiroidismo, que es cuando la glándula no produce suficiente hormona tiroidea.
  • Cáncer de tiroides, que es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la glándula tiroidea.
  • Tiroiditis, que es cuando se presenta hinchazón de la tiroides.

El tratamiento depende del problema, pero puede incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo o cirugía de tiroides.

No obstante, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que los nutrientes y los alimentos importantes para ayudar a regular la tiroides naturalmente, en casos de hipotiroidismo son:

Yodo: es necesario para que las células transformen los alimentos en energía y los mariscos son ricos en yodo de forma natural. Igualmente, el bacalao, el róbalo, el abadejo y la perca son buenas fuentes. Asimismo, los productos lácteos también contienen yodo.

Selenio: ayuda al cuerpo a producir proteínas especiales, llamadas enzimas antioxidantes y los alimentos vegetales, como las verduras, son las fuentes alimenticias más comunes de selenio. Además, las nueces de Brasil son una muy buena fuente de selenio y el pescado, los mariscos, las carnes rojas, los granos, los huevos, el pollo, el hígado y el ajo también son buenas fuentes. Asimismo, las carnes obtenidas de animales que comieron granos o plantas que se encuentran en suelos ricos en selenio tienen niveles más altos de este mineral.

Zinc: este oligoelemento es necesario para la función inmunológica, la cicatrización de heridas, la coagulación de la sangre, la función tiroidea y mucho más. También juega un papel clave en el mantenimiento de la visión y podría tener efectos contra los virus, según la biblioteca de Estados Unidos y se puede encontrar en la carne roja, cereales y semillas; albahaca; huevo de gallina; queso; mariscos; cacao; pollo; pavo; leche y yogurt.

Cobre: este trabaja con el hierro para ayudarle al cuerpo a la formación de los glóbulos rojos y las ostras y otros mariscos, los granos enteros, las legumbres, las nueces, las papas (patatas) y las vísceras (riñones, hígado) son buenas fuentes de cobre en la dieta, al igual que las verduras de hoja oscura, las frutas deshidratadas como ciruelas, el cacao, la pimienta negra y la levadura.

Al igual que con cualquier alimento o suplemento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de todas las propiedades ya nombradas, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Hay que señalar que para el diagnóstico de enfermedades de la tiroides, los médicos usan la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas para la tiroides. A veces, también utilizan una biopsia y el tratamiento depende del problema, pero puede incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo o cirugía de tiroides, según explicó la entidad sin ánimo de lucro.