Los dolores articulares pueden ser causados por diversos tipos de lesiones o afecciones. Por ejemplo, pueden estar relacionados con artritis, bursitis y dolor muscular, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

De acuerdo con la mencionada institución, también pueden ser producto de enfermedades como el lupus, cristales en la articulación, infecciones causadas por un virus, una lesión, osteoartritis, artritis séptica (infección articular) y tendinitis, entre otros.

Los signos de inflamación en las articulaciones incluyen temperatura elevada en el área, sensibilidad, enrojecimiento y dolor al realizar algún tipo de movimiento.

Cualquiera que sea la molestia o inflamación ya sea en una rodilla o en los dedos de las manos o los pies, normalmente las personas recurren a algún tipo de medicamento para mitigar el dolor; sin embargo existen algunos productos naturales que son antiinflamatorios y que pueden ayudar a aliviar la afección. Los expertos indican que lo mejor es que cuando estos dolores persistan se consulte al especialista para seguir un tratamiento médico.

Infusión de romero

Esta planta es recomendada para reducir los dolores articulares. Esto se debe, básicamente, a que en su composición dispone de ácido ursólico, un componente que actúa contra las inflamaciones que se producen alrededor de los cartílagos o en las articulaciones de manos y rodillas.

Se puede consumir preparando una infusión con 200 gramos de romero y dos vasos de agua. Se pone el agua al fuego y cuando esté hirviendo se añaden las ramitas de romero para que se destilen las propiedades a lo largo de 20 minutos. Pasado ese tiempo, se deja que repose, se cuela y se pueden consumir dos tazas al día.

Jengibre

Esta raíz medicinal es, posiblemente, uno de los mejores antiinflamatorios naturales, muy adecuado también para tratar los procesos relacionados con el dolor articular, asegura el portal Mejor con Salud. Se puede preparar una infusión con 200 gramos de raíz de jengibre rallada, dos vasos de agua y dos cucharadas de miel.

Cuando el agua esté hirviendo, se añade el jengibre para que se haga una cocción a lo largo de 20 minutos. Pasado ese tiempo, se deja que repose por 10 minutos para después colar el contenido, se agrega la miel y quedará lista la bebida para consumir.

Cúrcuma

Esta especia tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antioxidantes. Por ello, combate los procesos infecciosos del cuerpo.

Para consumirla se puede preparar una infusión. Se utiliza una cucharada de cúrcuma, tres tazas de agua y tres cucharadas de miel. Se calienta el agua y cuando empieza a hervir se añade la cúrcuma. Se deja que continúe en ebullición durante 10 minutos, para después dejar que repose. Se cuela y se añade la miel. Se puede consumir varias veces al día para tratar la inflamación y el dolor articular.

La cúrcuma posee propiedades antiinflamatorias. Foto: GettyImages. | Foto: GettyImages

Lúpulo

Información del portal Cuerpo Mente indica que se ha demostrado que los flavonoides del lúpulo pueden inhibir la producción de óxido nítrico, que es una de las sustancias que intervienen en la respuesta inflamatoria. Por ello se indica como apoyo en inflamaciones articulares y neurálgicas como la ciática y las lumbalgias.

Se puede preparar una infusión de esta planta utilizando 250 gramos de hojas, junto con suficiente agua. La recomendación es consumirla entre una y tres veces al día. Es un producto que se debe evitar si las personas sufren de insuficiencias respiratorias, si toman ansiolíticos, y durante el embarazo o lactancia.

Semillas de linaza

Estas semillas actúan como antiinflamatorios naturales y son adecuadas para tratar el dolor articular por su composición a base de omega-3, de origen natural. Gracias a ello, tienen la posibilidad de reforzar el sistema inmunológico y ayudan al cuerpo a combatir esas infecciones que se crean alrededor de las articulaciones.

Se pueden consumir dos cucharadas diarias de estas semillas. Se pueden tomar de forma natural o añadiéndolas a las ensaladas. No se deben cocinar porque se perdería gran parte de ese omega-3 y, además, dificultaría su digestión.