Algunas veces los kilos de más aparecen y empiezan a notarse en el cuerpo, y para ciertas personas adelgazar se convierte en uno de los objetivos principales para tener un estilo de vida sano, evitando problemas en la salud. La ciencia ha investigado este asunto por años y ha llegado a diferentes conclusiones.
Al respecto de tener una vida saludable, se sugieren algunos pasos para prevenir la obesidad, como una dieta equilibrada y el ejercicio físico. En una dieta sana deben primar los alimentos bajos en calorías, como fruta y vegetales, pero sin abandonar las proteínas, hidratos de carbono y grasas, según explicó Sanitas.
A propósito del tema, según una investigación difundida a través del The Journal of Sports Medicine, realizada por la Universidad de Copenhage en Dinamarca, los efecto del running son suficientes para reducir, en promedio, cinco kilos de grasa, esto si se corren por lo menos 5 kilómetros semanalmente y se acompañan de una dieta balanceada.
Por otro lado, increíblemente la falta de sueño o los desórdenes en el mismo pueden provocar aumento de peso. En ese sentido, desde Brasil, el Centro de Estudios en Psicobiología y Ejercicio de la Universidad de San Pablo develó que hay una relación irrompible entre el mal dormir y el no poder perder peso, asegurando que “la falta de sueño disminuye la actividad de las vías de síntesis de proteínas, que son la base estructural de los músculos”.
Así las cosas, el déficit en el tiempo que se debe dormir para regenerar las células del organismo obstaculiza los procedimientos internos como el apetito y la regulación de los niveles de glucosa, hasta la secreción de hormonas, como la del crecimiento, melatonina, cortisol y leptina, según registró Infobae.
Otro de los mitos que se han difundido por años entre las personas que desean perder peso es que no se deben consumir ningún tipo de grasas, pero esto fue desmentido por los investigadores del Hospital Brigham y el TH Chan Escuela de Harvard de Salud Pública, quienes hallaron que la pérdida de peso se mantenía mejor en el tiempo al seguir una dieta alta en grasas y carbohidratos.
A esta conclusión llegaron luego de analizar 53 ensayos clínicos. El reporte asevera que los ácidos grasos recomiendan son el omega 9, presente en el aceite de oliva y de canola, en nueces, almendras y avellanas; el omega 3, que se halla en aceites de pescado y de linaza, nueces, semillas de sésamo, aguacate, repollo, espinacas, aceites de canola, salmón, arenque y huevos enteros.
Y finalmente el omega 6, que es posible encontrarlo en aceites de lino, de semilla de uva, de borraja, (la flor) de onagra, pistachos, semillas de girasol.
Vale aclarar que tener algunos kilos de más puede tratarse de sobrepeso, aunque no implica tener propiamente obesidad, la cual, según la OMS, es una enfermedad que consiste en la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Según los datos de la Organización, desde 1975, la obesidad se triplicó en todo el mundo. En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
En ese mismo año el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas. Se estima que la mayoría de los pobladores del mundo vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.