La sopa cuenta con una alta tradición alimenticia en el país y desde generaciones atrás se ha considerado un plato indispensable en la mesa de los colombianos y nutritivo tanto para adultos como para los niños. Por este motivo, es habitual que en el almuerzo de cada familia este alimento esté presente, así como también sea una opción permanente en los restaurantes de todo el país.
Además de caerle muy bien al organismo, sobre todo cuando hace frío, una sopa puede lograr bajar unos kilos de más y es algo que muchas personas conocen. Así lo asegura un estudio publicado en la revista Appetite, que descubrió que cuando las personas ingerían una sopa baja en calorías (130-170) como primer plato, consumían un 20 % menos de calorías totales en dicha comida. Esto se debe gracias a que habían llenado su estómago de líquido sano e hipocalórico, lo que reducía su apetito.
Otras investigaciones han demostrado que la sopa es mucho mejor para saciarse sin añadir ni una mala caloría extra al menú. Incluso, los científicos aseguran que, a pesar de que los líquidos se vacían del estómago más rápido que los alimentos sólidos, hacen que este órgano se expanda más, por lo que la comida permanecerá en el estómago durante más tiempo, provocando así una sensación de saciedad duradera que evitará que el organismo “pida” más comida.
Si las personas toman una sopa baja en calorías (130-170) como primer plato, consumen un 20 % menos de calorías totales en dicha comida. “La gente que toma un caldo o una sopa de vegetales antes de la comida consume menos calorías en total”, asegura en el magazín Health la nutricionista Rania Batayne, autora de ‘The One One One Diet’.
“El agua de la sopa te ayuda a llenarte e incrementa la sensación de saciedad. Solo el acto de tomar sopa nos ayuda a reducir el ritmo con el que comemos, lo que da a nuestro cuerpo tiempo para sentirse lleno”, agrega Batayne.
Tampoco suman los zumos o los batidos de fruta o verdura, ya que estos se suelen tomar muy rápido, y las sopas más lentamente, algo que beneficia a la hora de perder peso, según un estudio publicado en Authority Nutrition, que, además, estableció que la gente que come rápido es hasta un 115 % más propensa a ser obesa que los que lo hacen de forma pausada.
Otro beneficio importante que se debe tener en cuenta, es la temperatura de la sopa. El hecho de que esté caliente es un gran aliado a la hora de bajar de peso porque facilita el proceso de digestión, según lo explica el endocrino y nutricionista español Antonio Escribano en su libro ‘Aprende a comer y a controlar tu peso’.
El experto también afirma que como el estómago está a 37° de temperatura, los alimentos que entran en este tienen que calentarse, lo que retarda el vaciamiento del órgano al intestino delgado. Por el contrario, si se consumen alimentos fríos, el estómago deberá dedicar un tiempo determinado a calentar estos alimentos, lo que ralentizará el proceso de digestión se ralentice.