Mayo Clinic explica que los riñones son dos órganos que tienen forma de habichuela y el tamaño de un puño, los cuales se sitúan a cada lado de la columna vertebral justo debajo de la caja torácica. Los riñones tienen la labor de filtrar los desechos y el exceso de agua de la sangre mediante la orina, manteniéndola limpia y químicamente equilibrada, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
A diario este par de órganos filtran cerca de 200 litros de sangre para producir hasta dos litros de orina, motivo por el cual es importante mantenerlos sanos y depurados para su correcto funcionamiento.
“Cuando los riñones pierden esta capacidad de filtrado, se acumulan niveles dañinos de líquido y desechos en el cuerpo, y esto puede elevar tu presión arterial y resultar en insuficiencia renal (enfermedad renal en etapa terminal). La enfermedad renal terminal se produce cuando los riñones han perdido aproximadamente 90 % de su capacidad para funcionar normalmente”, explica Mayo Clinic.
De acuerdo con la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, algunas de las causas que influyen para tener problemas renales son: diabetes, presión arterial alta crónica no controlada, enfermedad renal poliquística y glomerulonefritis crónica, que es una inflamación y posterior formación de cicatrices en los pequeños filtros que se encuentran dentro de los riñones (glomérulos).
BlueNetHospitals, el sistema de atención médica privada líder en Los Cabos, explica que hay distintos hábitos que pueden afectar el adecuado funcionamiento de los riñones y la salud, entre los que se incluyen:
Alto consumo de gaseosas. La entidad cita un estudio realizado por la Universidad de Osaka (Japón), en el que los investigadores hallaron que las personas que beben dos o más gaseosas al día son más propensos a tener proteínas (proteinuria) en la orina, un signo temprano de daño renal, “aunque en esta etapa todavía es posible revertir los daños. Estas bebidas están relacionadas con el mayor riesgo de padecer cálculos renales”, dice BlueNetHospitals.
Exceso de sodio. Cuando se consume sal (sodio) en exceso, los riñones deben trabajar el doble, esto debido a que una de sus funciones es metabolizar el sodio que se ingiere a través de los alimentos. A largo plazo, este esfuerzo puede provocar daños en estos órganos.
Consumo de cafeína. Tomar cafeína no supone un daño directo para los riñones, pero su ingesta en exceso, sí, debido a que puede causar un aumento en la presión arterial.
Abuso de analgésicos. “La mayoría de personas cree que son la mejor solución para aliviar sus dolencias. Sin embargo, se ha evidenciado que el abuso de medicamentos analgésicos tiene serios efectos secundarios, entre los que se incluye el daño renal”, explica BlueNetHospitals.
Beber alcohol en exceso. La ingesta de cualquier alimento o producto en exceso es mala. La entidad explica que el alcohol es un producto que contiene toxinas y componentes químicos que resultan agresivos con los riñones y el hígado y pueden dañarlos en el corto plazo.
Alimentos de alta proteína. La proteína es necesaria para el buen funcionamiento del organismo, sin embargo, el consumo en exceso de carnes rojas, pescado y huevos obliga a los riñones a trabajar más “por la carga metabólica que generan”, dice.
No atender la necesidad de orinar. Retener la orina no es bueno para la salud, pues en el caso de los riñones puede provocar dos importantes problemas para la salud: insuficiencia renal o incontinencia, reseña el artículo publicado por BlueNetHospitals.