Un adulto promedio respira de 15 a 20 veces por minuto, es decir, más de 20.000 respiraciones cada día, por lo que los pulmones juegan un papel determinante en el organismo de las personas.
La función principal de estos órganos es ingresar el oxígeno al cuerpo cuando el individuo inhala y saca el dióxido de carbono del organismo cuando exhala, precisa el National Heart Lung and Blood Institute, el cual explica que el dióxido de carbono es un gas residual producido por las células del cuerpo.
Según la Asociación Americana del Pulmón, el cuerpo tiene un sistema de defensa natural diseñado para proteger estos órganos. Sin embargo, se pueden afectar por respirar aire contaminado, humo de cigarrillo y otras toxinas, debido a que los pulmones son diferentes a la mayoría de los órganos del cuerpo, ya que están conectados directamente al ambiente exterior, lo que hace que cualquier cosa que se inhale puede afectarlos.
“Se puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares si no fuma, si se evita la exposición al humo de segunda mano, si se evita la exposición a la contaminación del aire, los productos químicos y otros irritantes, y si se realiza chequeos regulares de salud”, precisa este sitio especializado.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que la exposición a la contaminación del aire provoca más de 4 millones de muertes en el mundo cada año y particularmente en Estados Unidos una de cada cinco personas muere a causa de fumar cigarrillos.
Sin embargo, los factores externos y la contaminación no son los únicos que pueden afectar la salud de los pulmones. La alimentación también es clave y hay algunos productos particulares que pueden incidir directa o indirectamente en el buen funcionamiento de los mismos.
- Bebidas carbonatadas. Normalmente estas bebidas contienen una alta proporción de azúcar y calorías vacías, lo que significa que pueden contribuir al aumento de peso y a que el cuerpo se inflame por los gases. En ambos casos, puede significar un aumento de la presión sobre los pulmones, generando problemas, en especial a quienes ya sufren algún tipo de dolencia, precisa un artículo publicado en el diario El Español. Lo ideal es entonces hidratarse con agua.
- Embutidos. La mayoría de las carnes curadas contienen aditivos llamados nitratos, que pueden ser usados para potenciar un determinado color al producto o para extender su vida útil. De acuerdo con un estudio del European Respiratory Journal, los nitratos agregados pueden aumentar el riesgo de recaídas relacionadas con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida como EPOC.
- Sal excesiva: La sal puede hacer que las personas retengan agua, y el exceso de líquido puede causar problemas respiratorios. En lugar de usar sal o un sustituto de la sal, la sugerencia de los especialistas es probar las hierbas y especias para mejorar el sabor de los alimentos, de acuerdo con un informe publicado en el diario Los Ángeles Times.
- Vegetales crucíferos: Los gases que pueden generar en algunas personas diversos vegetales en ocasiones pueden dificultar la respiración de las personas con enfermedad pulmonar. Las verduras crucíferas, como el repollo, el brócoli, los rábanos y la coliflor, están llenas de nutrientes y fibra, pero si generan gases, lo ideal es limitarlas por parte de personas que puedan tener afectaciones en sus pulmones.
- Comida frita: Al igual que las verduras crucíferas, los alimentos fritos pueden causar hinchazón e incomodidad al presionar el diafragma, lo que dificulta e incomoda la respiración. El exceso de este tipo de alimentos con el tiempo puede causar aumento de peso, lo que también puede incrementar la presión sobre los pulmones.