Más de 7.000 nuevos pódcasts surgieron el año pasado con una audiencia de cerca de 10 millones de personas, un grupo pequeño pero creciente en el mercado más grande del mundo para contenidos de audio en línea.
Los pódcasts han figurado desde hace mucho en los medios occidentales, pero recién empiezan a ganar terreno en China, con un ecosistema mediático fuertemente controlado por las autoridades, ofreciendo análisis sociales críticos.
Para el estudiante Cheng Yifan, quien los escucha cada noche, se trata de un soplo de aire fresco.
“Los pódcasts adhieren menos a las normas sociales que a las plataformas tradicionales”, dijo a la AFP Cheng, de 19 años.
Cheng estuvo entre los cerca de 100 oyentes de toda China que colmaron una librería de Pekín un fin de semana para conocer a los realizadores de The Weirdo (El raro), uno de sus pódcasts favoritos.
“Espero que nuestros oyentes tengan mentalidad abierta y puedan estar abiertos a ideas diferentes”, dijo Meng Chang, de 34 años, coanfitrión del programa.
“No existe solo lo correcto y lo equivocado, hay áreas grises que también deben ser discutidas”, agregó.
Algunos pódcasts populares en China han explorado las bajas tasas de fertilidad en el país y tuvieron discusiones con personajes como el embajador británico en Pekín, abriendo un nicho en la industria de audios.
Contranarrativa
“Los oyentes de pódcasts son generalmente jóvenes con educación superior, radicados en ciudades grandes o medianas”, dijo Wang Qing, de 31 años, también anfitriona de The Weirdo.
Estos grupos están más abiertos a un contenido profundo, dijo Kou Aizhe, de 38 años y creador de StoryFM, un pódcast que presenta narraciones en primera persona de todos los ámbitos de la vida. Kou tiene un público de 1,2 millones.
Yang Yi, cofundador de la firma de pódcast JustPod, calcula que el mercado es de hasta 10 millones, una mínima fracción de la población china.
Para muchos oyentes, el contenido menos convencional es su principal atractivo.
En StoryFM, una lesbiana cuenta por qué se casó con un hombre gay, una maestra narra cómo fue abusada en un poblado y una trabajadora sexual explica cómo entró engañada a esa industria.
“Cuando la gente cuenta sus propias historias, hay trazos de auténtica emoción (...) Esto te lleva rápidamente a su mundo y te ayuda a entender sus experiencias y decisiones”, apuntó Kou.
Sin ser abiertamente político, sus episodios exploran temas a veces suprimidos de internet.
La homosexualidad fue despenalizada en China en 1997, pero se la prohíbe en películas, mientras que activistas feministas han sido censuradas en redes sociales.
Wang, de The Weirdo, dice que su equipo explora temas de interés para los jóvenes, como la cultura laboral “996”, en el que se trabaja de nueve a nueve, seis días por semana.
“Cuando tocamos temas LGBT, fue en medio de una tendencia a la estigmatización (...) e intentamos crear una contranarrativa”, explicó.
“Por lo menos hay espacio para aclarar y responder”, agregó.
Censura inevitable
Las plataformas de audio apuestan a las nuevas tecnologías para expandir lo que queda del nicho.
La empresa Lizhi se asoció con fabricantes de automóviles como XPeng para que los vehículos nuevos tengan un emisor de pódcast en sus sistemas de entretenimiento, esperando que la venta de autos eléctricos aumente su público.
Pero para que el contenido sobreviva, los creadores deben ir con cuidado.
El año pasado, un episodio del pódcast cultural SurplusValue desapareció de las aplicaciones chinas, con una entrevista con un profesor sobre el impacto de la pandemia, que incluyó opiniones críticas sobre el gobierno.
El programa posteriormente fue cancelado y el experiodista a cargo creó un programa nuevo, Stochastic Volatility.
“El sistema de censura es un tema que enfrentan todos en los medios chinos”, dijo su copresentadora, Fu Shiye.
“Lo que podemos hacer es expresarnos lo más posible de manera que nos sintamos a salvo”, agregó.
Los creadores evitan problemas escogiendo temas ya permitidos en línea o que sean menos sensitivos.
Kou, de StoryFM, dijo que solo dos de sus 500 episodios han sido removidos, uno sobre préstamos entre colegas y otro sobre pérdidas de empleo durante la pandemia.
Pero otros corrieron menos suerte y debieron cortar segmentos o tuvieron episodios enteros eliminados de las plataformas chinas.
“Cuando un medio se vuelve popular, la censura es inevitable”, comentó Yang de JustPod. “Es un reconocimiento a tu influencia”.
Sor Beiyi Seow
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