En el verano de 2017, Manisha Singal, médica directora de Specialty Hospitals de Washington, fue a pintarse el pelo en la preparación de la boda de una amiga cercana. Pero poco tiempo después, al llegar a su casa, notó un brote en el cuero cabelludo y el cuello.
A medida que el enrojecimiento y la picazón aumentaron ella pensó que tenía una reacción alérgica. Viendo que a pesar de los medicamentos que tomó para calmar la inflamación, nada le funcionaba, decidió consultar con una colega, quien le confirmó que una sustancia en la crema colorante conocida como PPD era la causante del problema.
Luego consultó a un renombrado experto en alergías de la capital de Estados Unidos, pero la frustración fue peor al ver que ella no lograba controlar el brote, el dolor ni la vergüenza de su condición en la piel. Luego vino otro diagnóstico en el que le recetaron remedios para una infección bacteriana que según otro medico podría estar detrás del problema.
Cansada y estresada de tratar sin éxito, decidió atacar el problema desde otro ángulo y fue deshacerse de todos los remedios y cremas que tenia para la piel. Por esa época, se enteró del CBD, un canabinoide que se encuentra en la marihuana. Ella, que nunca había probado la medicina alternativa, decidió echar un vistazo al tema.
El resultado no solo es que el brote desapareció, sino que desde entonces ella se convirtió en la persona que más defiende el CBD para la salud de la piel. Al punto de que escribió su propio libro: La solución CBD para el cuidado de la piel: el poder del canabidiol para una piel saludable, en el que no solo relata su experiencia con el producto sino que investiga todos los aspectos de este compuesto a profundidad, desde sus beneficios hasta sus aplicaciones clínicas y efectos secundarios.
Según Singal, la piel es el órgano más grande del cuerpo y el que más nos protege al punto de que cualquier cosa que pase allí puede ser reflejo de alguna falla o enfermedad que no se ve.
La piel tiene una serie de nervios que conectan con el cerebro, donde reside el sistema endocanabinoide, cuya razón de ser consiste en mantener la harmonía y corregir cualquier problema que afecte el cuerpo. Una de las funciones en la piel del sistema endocanabinoide es la de asegurar la reposición de sus células. “Cuando estas mueren dan paso a nuevas y mas radiantes para que la piel siempre luzca saludable. Por lo tanto, si algo interfieren en ese ciclo natural se manifestará con arrugas, dermatitis, verrugas o tumores”, dice la autora.
Uno de los beneficios del CBD, por lo tanto es que tiene un poder antienvejecimiento importante. “Yo lo exprimenté de primera mano. Después de usar la fromula de CBD para mi brote en las fiestas y eventos a los que asistía, la gente me decía que me veía con cinco años menos”, dice la experta.
Pero, científicamente, se ha encontrado que el sistema endocanabinoide tiene dos propiedades importantes para mantener la piel sana. Una de ellas es su capacidad antiinflamatoria y la otra es la antioxidante. Sobre esta último, Singal señala que lo más importante que los lectores deben conocer es que la oxidación celular no es buena y los antioxidante sí lo son porque limpian los radicales libres y los remueven de nuestro sistema.
Es cierto que hay vitaminas que también cumplen con esta función, como la E, la C y la A. Lo mismo sucede con el compuesto resveratrol que se encuentra en los arándanos, uvas y nueces. Así mismo está en el té verde, “pero el CBD les gana a todos”, dice la médica.
Agrega que el CBD ayuda a aliviar el dolor que causan en la piel las picaduras de insecto, las quemaduras del sol y otras lesiones de ese tipo. Pero lo más interesante es que puede ayudar en enfermedades dermatológicas serias como el acné, eczema, el melanoma, la psoriasis, rosácea, entre otras.
Un estudio publicado en 2014 en la revista Journal of Clinical Investigation encontró que la relación del CBD y el acné se da porque ayuda a que la piel produzca menos grasa y a reducir la inflamación que provoca el acné. Otras investigaciones dicen que el CBD ayuda a calmar el eczema en combinación con otros tratamientos. Para el acné ella sugiere utilizar aplicaciones tópicas pero también dosis orales. “Pueden conseguir cápsulas, pero yo prefiero las gotas sublinguales. 20 miligramos divididos en dos dosis al día e incrementar 5 miligramos cada seis o siete días. Así hasta que note que la severidad y la frecuencia del brote ha cedido”, dice en el capítulo 8.
Frente a los efectos secundarios señala que el CBD no produce adicción, ni viajes psicodélicos ni nada de lo que se le achaca a la marihuana. Cuando se usa de manera tópica no produce ninguna reacción y la mayoría de efectos se ven con el otro compuesto de la marihuana que es el THC. Por eso recomienda leer las etiquetas para saber cuáles son los ingredientes que está usando en esa fórmula o preparación.
El libro no pretende ser un remplazo del dermatólogo ni de otros médicos. Según ella, es una invitación a conocer este compuesto maravilloso que estuvo en la oscuridad por ser un componente de la marihuana, una sustancia prohibida aún en muchos países. Pero en la medida en que se destapa el velo sobre ella y muchos países la aprueban para cuestiones medicinales, como Colombia, se están conociendo sus propiedades y poderes. Parte de la motivación para escribir el libro fue esa. Al adentrarse en el mundo del CBD ella pensó: “Si el CBD es un acercamiento científico valido para muchas condiciones, ¿por qué la gente no la conoce?”