Un estudio científico, publicado esta semana en la revista Nature, tiene una tesis sorprendente: que las comunidades indígenas que vivieron en Colombia tuvieron contacto con los polinesios, que vivían en Nueva Zelanda hace 800 años, mucho antes de lo que se creía y antes incluso de que los europeos llegaran a América.El equipo de investigadores llegó a esa conclusión a través de un análisis genético: estudiaron el ADN de 800 indígenas vivos de América (desde México hasta Chile) y de la Polinesia francesa y encontraron rastros que indicaban que ambas comunidades se habían encontrado una vez alrededor del año 1.200 después de Cristo. Especialmente, entre polinesios e indígenas de la actual costa pacífica colombiana, más específicamente de la comunidad Zenú.
El tema ya había sido debatido antes y se sabía que los polinesios habían tenido contacto con los sudamericanos en la Isla de Pascua, ubicada en Chile. Pero algunos investigadores proponían, no sin polémica, que el contacto era anterior. Sobre todo por la presencia de cultivos de batata y de camote, alimentos de origen americano, en las polinesias. La mayor parte de la comunidad científica descartaba esas teorías debido a que ambas comunidades estaban separadas por kilómetros de océano abierto.Este nuevo estudio, sin embargo, aporta pruebas mucho más sólidas. Al parecer, los nativos colombianos y los polinesios tuvieron un solo encuentro, pero de ahí surgieron varios hijos a lado y lado de la costa que comparten el mismo código genético y que lo fueron pasando de generación en generación, hasta llegar hasta hoy. De hecho, en las muestras que recogieron de los actuales polinesios, encontraron que varios de ellos compartían tramos de ADN tipo zenú de un tamaño muy similar. Los científicos ahora se preguntan cómo se dio ese contacto: la hipótesis más aceptada es que los polinesios navegaron hacia el este y llegaron hasta América del Sur. Y luego llevaron a algunos nativos de lo que hoy es Colombia, Ecuador y Perú hasta sus islas en lo que hoy es Nueva Zelanda.
Hay, sin embargo, otra posibilidad, que sería aún más sorprendente: que los nativos colombianos hayan viajado hacia el oeste y hubieran llegado a una isla del Pacífico en la que se encontraron a los polinesios, que andaban viajando hacia el este. Quienes defienden esta hipótesis dicen que la corriente Ecuatorial del sur podría llevar los pequeños barcos de los nativos americanos hacia bien adentro el océano. Para determinar eso, sin embargo, hace falta más investigación genética.