Los recientes tornados provocados por poderosas tormentas eléctricas que barrieron Misisipi y Alabama el 24 de marzo dejaron rastro en el territorio que incluso es posible apreciar desde el espacio.
Hubo 20 informes de tornados en los dos estados ese día. Las comunidades en el oeste y centro de Misisipi fueron especialmente devastadas por las tormentas después de que dos tornados mortales arrasaran casas, negocios y tierras de cultivo, informa el Observatorio de la Tierra de la Nasa.
Alrededor de las 20.00 hora local, un violento tornado aterrizó cerca de la frontera de Misisipi con Luisiana. A medida que avanzaba hacia el este a través de Rolling Fork, el tornado partió árboles, arrancó techos de casas y derribó la torre de agua de la ciudad. El tornado era un cuatro en la escala Fujita Mejorada (EF) y tenía velocidades de viento de hasta 274 kilómetros por hora. Viajó casi 97 kilómetros al noreste y duró más de una hora.
Algún tiempo después, otro tornado aterrizó cerca de Black Hawk, Misisipi, a 90 kilómetros al noreste de Rolling Fork. El tornado EF3 fue un poco más débil, pero, aun así, volcó autos, demolió casas móviles y atravesó líneas eléctricas con vientos máximos de 241 kilómetros por hora. El tornado abrió un camino de 47 kilómetros hacia el este a través de Winona antes de terminar cerca de Kilmichael.
Gran parte de la trayectoria del tornado EF3 es visible en la imagen satelital de arriba, capturada al día siguiente (25 de marzo) por el instrumneto Operational Land Imager-2 (OLI) en el Landsat 9.
Otra imagen muestra la trayectoria del tornado a medida que avanzaba por Winona. (La trayectoria del tornado EF4 estaba fuera de la vista de Landsat 9).
Señales de inminente colapso de la circulación oceánica antártica
De otro lado, un nuevo estudio publicado en Nature advierte que la circulación oceánica profunda que se forma alrededor de la Antártida puede estar a punto de colapsar. Tal disminución de esta circulación oceánica estancará el fondo de los océanos y generará más impactos que afectarán el clima y los ecosistemas marinos durante los siglos venideros.
El agua fría que se hunde cerca de la Antártida impulsa el flujo más profundo de la circulación de vuelco, una red de corrientes que se extiende por los océanos del mundo. El vuelco transporta calor, carbono, oxígeno y nutrientes por todo el mundo. Esto influye en el clima, el nivel del mar y la productividad de los ecosistemas marinos.
“Nuestro modelo muestra que si las emisiones globales de carbono continúan al ritmo actual, entonces el vuelco de la Antártida se reducirá en más del 40 % en los próximos 30 años, y en una trayectoria que parece encaminarse hacia el colapso”, manifestó el profesor Matthew England, director adjunto del Centro ARC para la Excelencia en Ciencias Antárticas (Aceas) en Unsw Sydney.
Alrededor de 250 billones de toneladas de agua fría, salada y rica en oxígeno se hunden cerca de la Antártida cada año. Esta agua luego se extiende hacia el norte y transporta oxígeno a las profundidades de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico.
“Si los océanos tuvieran pulmones, este sería uno de ellos”, afirma el profesor England. El equipo internacional de científicos modeló la cantidad de aguas profundas antárticas producidas bajo el “escenario de altas emisiones” del IPCC hasta 2050.
El modelo captura detalles de los procesos oceánicos que los modelos anteriores no han podido, incluida la forma en que las predicciones del agua de deshielo del hielo podrían influir en la circulación.
Esta corriente oceánica profunda ha permanecido en un estado relativamente estable durante miles de años, pero con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, se prevé que el vuelco de la Antártida disminuya significativamente en las próximas décadas.
*Con información de Europa Press.