Si bien es cierto que dormir es una de las actividades más importantes del cuerpo, porque en él, el cerebro se restaura y el cuerpo se recupera, para poder tener una buena calidad de sueño se deben modificar hábitos que impiden un buen descanso e incluso seleccionar una almohada y colchón adecuados.

La compra de un colchón equivale a la necesidad del comprador, argumenta Sleep Foundation, que señala que algunas personas necesitan uno para calmar el dolor de espalda, y otros, que le ofrezcan “un gran alivio de los puntos de presión”. Así mismo, ocurre al elegir una almohada, pues esta debe solucionar y aliviar, por ejemplo, el dolor de cuello, siendo la ortopédica la ideal en este caso.

Por ejemplo, el Instituto del Sueño -con sedes en Santiago de Chile, Panamá y Madrid-, detalla que el ideal de una almohada es que esta proporcione la misma postura que cuando se está de pie, es decir, que el cuello, la cabeza y los hombros se encuentren en una posición ergonómica adecuada en donde la columna vertebral no se ve afectada.

Por otro lado, un mal hábito a la hora de dormir es el uso de una faja en la zona abdominal, que aunque tiene el fin de moldear el cuerpo y busca eliminar la grasa extra, si no se utiliza de una manera apropiada, puede tener un efecto contrario a lo esperado, como la flacidez, ya que los músculos se debilitan y se caen, asegura Mundo Deportivo.

Resulta que, una de las consecuencias del uso de faja para ir a dormir es que dificulta la respiración, provocando una mala circulación de la sangre por la presión que hace en el torso, incrementando las probabilidades de problemas circulatorios, por ejemplo, la aparición de varices, que según la Clínica Mayo, “son venas retorcidas y agrandadas” que se vuelven varicosas cuando están cerca de la piel.

Dormir con un sostén ajustado puede dificultar una óptima circulación. | Foto: Getty Images

Las mujeres son más propensas a tenerlas por sus diferentes cambios hormonales, mismos que se hacen presentes en la menstruación o el embarazo. Es de mencionar que el factor genético influye de gran manera.

Es entonces, que lo mismo ocurre con quienes habitan o concurren sitios cálidos y no soportan el clima, puesto que suelen usar ventilador y/o aire acondicionado para refrescarse, pero esta práctica al ser incluida para ir a dormir puede ser perjudicial para la salud.

Los riesgos de dormir con ventilador o aire acondicionado

El Instituto Nacional de Salud del Gobierno del Perú, en un informe, señala que estar expuesto por un largo tiempo al aire acondicionado o al ventilador mientras se duerme provoca resequedad en las vías respiratorias, induciendo al desarrollo de enfermedades como la bronquitis.

El aire acondicionado también consume bastante energía. | Foto: Getty Images

La entidad señala a través del doctor Fernando Donaires que usar estos aparatos que apuntan directamente al cuerpo, es un grave error, porque también permiten el ingreso de uno sin número de gérmenes al cuerpo. Cabe mencionar que quienes tienen sinusitis o asma, incluso rinitis, se ven altamente afectados, por lo que no se sugiere usarlos porque podrían agravar estas complicaciones.

“El aire frío hace que desaparezca el moco de la nariz y así se pierde la barrera que tenemos para que el polvo y otros gérmenes no ingresen al cuerpo”, cita el INS a Donaires.

Finalmente, sugiere abrir las ventanas de las habitaciones, tomar suficiente agua y limpiar estos aparatos para evitar que se expandan los ácaros.

El uso del ventilador puede refrescar el cuerpo. | Foto: Getty Images

Por su parte, Mejor con Salud añade que el ventilador puede irritar los ojos y provocar una resequedad en la piel “incluso tensión muscular”, señala.

No obstante, Sleep Advisor recuerda la ventaja de usar ventilador, en la que no solo recae regular la temperatura corporal, sino que tiene un particular sonido: ruido blanco, mismo que ayuda a mitigar otros sonidos externos y colaborar para conciliar el sueño.