Dormir es una acción que pasa a ser un hábito, ya que es necesario descansar todos los días para que el organismo recupere fuerzas y energía. Cada persona tiene sus propias exigencias para ir a la cama, con especificaciones de tipos de cobijas u almohadas, pero también hay situaciones que no se pueden controlar del todo, como permanecer con la boca abierta.

Hay casos en los que la persona se acostumbra a “respirar por la boca”, mientras que cuando alguien tiene la nariz tapada o no puede inhalar el oxígeno adecuadamente por la cavidad nasal, debe recurrir a hacerlo por el lugar donde ingresan los alimentos.

No obstante, cada parte del cuerpo humano tiene una función, por lo que la de la boca no es respirar, mucho menos al momento de dormir.

El horario en el que se duerme puede influir para que el sueño sea reparador. Getty Images. | Foto: John Lund

Teniendo en cuenta recopilaciones compartidas por el portal de la Clínica Dental Parque, por lo general se relaciona el hecho de dormir con la boca abierta con problemas de salud oral, pero esas no son las únicas consecuencias que provoca tal práctica.

“Hay que tener en cuenta que el aire penetra la cavidad oral durante el sueño, así que si no lo hay reseca las mucosas y dificulta el correcto funcionamiento de las glándulas salivales” importantes para los dientes, explican los especialistas.

Por su parte, la revista Hola consigna que el hecho de ver dormir, ya sea a un niño o la pareja sentimental, de este modo puede ser un signo de alerta.

Al dormir, no se debe respirar por la boca. | Foto: Getty Images

“Al iniciar el sueño, los músculos se relajan. Si dormimos con la boca abierta favorecemos que la base de la lengua se vaya hacia atrás y disminuya el paso del aire por la faringe. Esto provoca que las estructuras blandas de la cavidad oral, como la úvula y el paladar, vibren produciendo el ronquido. Si existen factores añadidos como el sobrepeso, y/o un cuello corto y ancho, el paso del aire puede llegar a obstruirse apareciendo la apnea”, señala la doctora Inés Galofré Bofill, médico del sueño de la Unidad de Sueño en la Clínica Girona, en España.

Otro problema recurrente es la aparición de dolores en la garganta o faringitis. Desde el blog Dormide se detalla que la resequedad que produce el hecho de dormir con la boca abierta conduce a la aparición de faringitis y rinorrea.

La faringitis, también conocida como dolor de garganta, puede truncar la correcta alimentación, ya que produce efectos en la garganta y hace más difícil el consumo de comidas. En cuanto a la rinorrea, el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medlineplus, precisa que se produce cuando los tejidos que recubren la nariz se hinchan, lo que da paso a las secreciones nasales.

En ese sentido, “si hay exceso de moco que baja por la parte posterior de la garganta (goteo posnasal), puede causar tos o dolor de garganta”, según los especialistas norteamericanos.

La respiración inadecuada puede irritar la garganta. | Foto: Getty Images

Debido a que dormir es algo necesario, pero también consciente, los conocedores del tema de la salud estiman que si la persona duerme excesivamente con la boca abierta debe consultar con un especialista en Otorrinolaringología. Lo anterior porque puede tratarse de un caso de desviación del tabique nasal, adenoides y cornetes hipertrofiados.

“En caso de que la respiración oral se acompañe de ronquidos y una respiración irregular, pensemos que nuestro sueño no es reparador y estemos irritables y cansados durante el día, estaría bien consultar a una Unidad de Sueño”, consigna la revista Hola.

Para terminar, es importante enfatizar que la recomendación para ir a la cama es no haciéndolo a elevadas horas de la noche, descansar al menos seis horas y, en la medida de lo posible, no realizar actividad física tres horas antes de dormir.