La anemia es una enfermedad que se presenta de diferentes maneras; sin embargo, se puede definir como una escasez en el número de glóbulos rojos que hay en la sangre. También, se representan en una disminución de hemoglobina, que es una proteína que se desarrolla dentro de estas células, según detalla la Clínica Universidad de Navarra.
A reglón seguido, este portal continúa explicando que la anemia se define como una enfermedad hematológica, es decir, que afecta la producción de la sangre, y aunque puede aparecer independiente, también es un efecto secundario de otros diagnósticos.
Entre tanto, se indica que los glóbulos rojos, los cuales disminuyen cuando se padece esta enfermedad, son los responsables de transportar el oxígeno por medio de la sangre por todo el cuerpo y se libera en los tejidos; así mismo, aclara que es importante llegar a un diagnóstico temprano para evitar complicaciones graves debido a la anemia.
El portal estadounidense MedLine Plus agrega que la mayoría de casos de esta enfermedad se debería a una falta de hierro en el organismo, ya que este se utiliza para la producción de la hemoglobina, la cual promueve el proceso de transportación de oxígeno iniciando desde los pulmones hacia el resto del cuerpo.
Como tal, existen tres tipos de anemias a los cuales se debe prestar atención. El primero es la anemia por deficiencia de hierro, que se desarrolla cuando no hay suficiente hierro en el cuerpo y es el tipo más común de anemia. El segundo hace referencia a la anemia por deficiencia de vitamina B12 y el tercero que es la anemia hemolítica, que ocurre cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que se pueden reemplazar.
En cuanto a la sintomatología que provoca en un inicio cualquier tipo de anemia, están los siguientes signos de alarma que da a conocer el portal web Tua Saúde:
- Cansancio frecuente.
- Falta de disposición.
- Dolor de cabeza constante.
- Debilidad de las uñas y el cabello.
- Falta de apetito.
- Problemas de memoria o dificultad para concentrarse.
- Ganas de comer cosas que no son comestibles, como ladrillos o tierra.
- Mareos.
- Alteración de los latidos cardíacos, en algunos casos.
Ante estas señales y síntomas es fundamental acudir al médico para diagnosticar el tipo de anemia y el tratamiento a seguir. Por lo general, este problema de salud se evidencia con exámenes de sangre en donde se pueden observar los niveles de hemoglobina. Asimismo, el especialista en salud puede evaluar también los niveles de hierro, vitamina B12 y de ácido fólico, así como análisis para evaluar el funcionamiento del hígado y de los riñones.
Si la enfermedad avanza o se prolonga en el tiempo, las consecuencias pueden ser muy graves para el organismo. Por ejemplo, según información del portal Cinfasalud, de España, es posible que cause lesiones en el corazón, el cerebro y otros órganos del cuerpo, debido a que la sangre no es capaz de transportar a los tejidos el oxígeno suficiente.
Alimentos que combaten la anemia
La Clínica Universidad de Navarra presenta algunos alimentos que contienen alto contenido de hierro, dejando a un lado la sangre, que es la que más tiene. Según esta institución expone los miligramos que tiene de este mineral por cada 100 gramos de porción, y estos son:
- Almejas, berberechos y chirlas: 24 miligramos en contenido hierro.
- Habas secas: 9 miligramos.
- Hígado: 8 miligramos.
- Pistachos: 7 miligramos.
- Lentejas: 7 miligramos.
- Carne de caballo: 7 miligramos.
- Garbanzos y judías: 7 miligramos.
- Ostras: 7 miligramos.
- Morcilla: 6 miligramos.
- Mejillones: 5 miligramos.
- Almendras y avellanas: 4 miligramos.
- Espinacas: 4 miligramos.
- Lomo embuchado: 4 miligramos.
- Sardinas: 3 miligramos.
- Higos y ciruelas secas: 3 miligramos.
- Sesos: 3 miligramos.
- Pan integral: 3 miligramos.
- Carne de vacuno: 3 miligramos.
- Puré de papas: 3 miligramos