Hoy en día, la ansiedad es uno de los trastornos más frecuentes en la sociedad, debido a los eventos estresantes del día al día a los que se deben enfrentar, entre ellos, problemas financieros, exceso de trabajo o dificultades en las relaciones interpersonales.
Según explican los expertos de Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Cuando no desaparece, tiende a empeorar con el paso del tiempo, lo cual podría dificultar las acciones diarias que comúnmente hacía.
De este modo, Healthline da a conocer los síntomas más comunes de un ataque de ansiedad y la forma natural para reducir este trastorno.
- Preocupación excesiva: Esta es una señal de trastorno de ansiedad generalizada, la cual se presenta la mayoría de los días por al menos seis meses y es difícil de controlar. La preocupación que se da, por lo general, afecta la concentración y desenfoca las actividades de la rutina diaria. De acuerdo con Healthline, “personas menores de 65 años tienen mayor riesgo de desarrollar el trastorno de ansiedad generalizada, especialmente los solteros, con un nivel socioeconómico más bajo y con muchos factores estresantes en su vida”.
- Agitación: Cuando la ansiedad invade el cuerpo, el sistema nervioso simpático se potencializa. Esto desencadena una serie de efectos como el pulso acelerado, las palmas sudorosas, manos temblorosas y la boca seca. Todo ello ocurre porque el cerebro cree que ha percibido un peligro, por lo cual comienza a preparar el cuerpo para reaccionar ante la amenaza.
- Intranquilidad: Este es un síntoma común de la ansiedad y es muy frecuente en niños y adolescentes. Un equipo de investigación realizo un estudio en 128 niños diagnosticados con trastornos de ansiedad; como resultado evidenciaron que el 74 % reportó intranquilidad entre sus principales síntomas de ansiedad.
- Fatiga: Este síntoma puede provocarse después de un ataque de ansiedad, y en otros, la fatiga puede ser crónica. Aún no está claro si este signo de ansiedad se debe a otros síntomas usuales como el insomnio o la tensión muscular; sin embargo, se debe tener en cuenta que la fatiga también puede ser una señal de depresión u otras afecciones médicas.
- Falta de concentración: Un estudio hecho a 157 niños y adolescentes con trastorno de ansiedad generalizada encontró que más de dos tercios tenían dificultades para concentrarse. Y otra investigación en la cual se estudió a 175 adultos con el mismo trastorno evidenció que casi el 90 % informó tener dificultades para concentrarse. Esto ayuda a explicar la disminución en el desempeño que las personas suelen experimentar durante los períodos de mucha ansiedad.
- Irritabilidad: De acuerdo con un estudio, más del 90 % de las personas con trastorno de ansiedad generalizada reportó sentirse muy irritable durante los peores momentos de su trastorno de ansiedad. Este síntoma genera un repudio constante a las personas y a las actividades que quieren hacer, por lo cual optan por aislarse.
- Tensión muscular: Es posible que la tensión muscular como tal aumente la sensación de ansiedad, pero también es viable que la ansiedad conduzca a una mayor tensión muscular, o que la causa de ambas sea un tercer factor.
- Trastorno del sueño: Despertarse en mitad de la noche y tener dificultad al conciliar el sueño son los dos problemas más comunes de la ansiedad. “Un estudio que dio seguimiento a casi 1,000 niños durante más de 20 años encontró que tener insomnio en la infancia se relacionaba con un aumento del 60 % en el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad a los 26 años” señaló Healthline.
- Ataques de pánico: Estos producen una sensación de miedo intenso que puede llegar a debilitar el cuerpo. Por lo general, este miedo suele estar acompañado por ritmo cardíaco rápido, sudoración, temblores, falta de aliento, presión en el pecho, náusea y miedo a morir o perder el control.
Formas naturales de reducir la ansiedad
- Llevar una dieta saludable, ricas en frutas y vegetales.
- Limita el consumo de cafeína.
- Abstenerse al alcohol y al cigarrillo.
- Hacer ejercicio con frecuencia.
- Incluir en la rutina terapias de meditación.