La dieta puede jugar un papel importante en la reducción del colesterol y triglicéridos y por ello, existen superalimentos que ayudan a reducir sus niveles.

Así las cosas, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló que los superalimento para bajar el colesterol y triglicéridos son:

  • Avena.
  • Pescado y ácidos grasos omega-3 que se encuentra en: caballa, arenque, atún, salmón y trucha.
  • Almendras y otros frutos secos como nueces.
  • Aguacates.
  • Aceite de oliva.
Una dieta saludable puede ayudar a mantener el buen estado de salud de una persona. | Foto: Getty Images

No obstante, para obtener los beneficios de los alimentos se requieren otros cambios en la dieta y el estilo de vida como, por ejemplo:

1. Limitar las grasas saturadas y trans.

  • Las grasas saturadas son las del tipo “malo” y se encuentran en la carne y en otros productos de origen animal, como mantequilla o manteca, queso y en toda leche, salvo la descremada. Son sólidas a temperatura ambiente. Las grasas saturadas también se encuentran de forma líquida en los aceites de palma y de coco, los cuales se suelen usar en los productos de panadería disponibles en el supermercado.
  • Las grasas trans son el peor tipo de grasas alimentarias, y se encuentran de manera natural en pequeñas cantidades en algunos productos de origen animal como la carne roja, el queso y la leche entera. Son de origen sintético, que hace que los aceites líquidos se vuelvan sólidos. Se pueden encontrar en la margarina y en ciertos bocadillos que se compran en el supermercado o en un restaurante, en productos de panadería y en frituras. Si se ve que dice aceites “hidrogenados” o “parcialmente hidrogenados” en una lista de ingredientes, el alimento contiene grasas trans, aun si la etiqueta de información nutricional diga “0 gramos”.

2. Hacer ejercicio con regularidad: lo ideal es seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugieren por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

La actividad física debe acompañarse de una alimentación saludable. | Foto: Getty Images

3. Beber alcohol con moderación: para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.

4. Dejar de fumar:

  • A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
  • A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
  • Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.

5. Tener un peso saludable: para saber si una persona está en un peso saludable, existen algunos métodos confiables. Uno es la determinación del Índice de masa corporal (IMC), que describe la relación entre peso y estatura y para calcular el IMC se necesita conocer el peso y la estatura y se aplica una sencilla fórmula matemática que consiste en dividir el peso entre la estatura al cuadrado: IMC = Peso (Kg) / Estatura al cuadrado (Mt).

Ejemplo: una persona pesa 64 Kg y mide 1.5 metros: 64 / 1.5 x 1.5 = 28.44. Este dato indica el IMC de la persona (28.44) se encuentra en los valores correspondientes a sobrepeso.

Alcanzar un peso saludable puede ayudar a controlar el colesterol, la presión arterial y el azúcar en la sangre. | Foto: Getty Images

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.