Con el envejecimiento, el organismo empieza a presentar molestias en determinadas zonas del cuerpo, por ejemplo, los tejidos empiezan a perder masa, se vuelven más rígidos y en algunas ocasiones se pueden atrofiar.

Los huesos pierden parte de su densidad y se vuelven más frágiles, que es otro factor que se presenta con el paso de los años.

“Normalmente, los primeros signos de envejecimiento afectan al sistema musculoesquelético, al igual que la mayoría de las funciones internas también disminuyen con la edad. Sin embargo, la mayor parte de las funciones corporales alcanzan su valor más alto antes de los 30 años, y a partir de ahí, comienza un descenso gradual”, así lo explica el portal Hola.

El mencionado portal destaca que “a partir de los 25 que el dolor de espalda, el cervical y el muscular se convierten en los dolores más comunes”, pero desde los 45 años esta molestia se puede volver crónica, principalmente para las mujeres.

Además, los dolores en la espalda pueden ser el fruto de la mala postura durante muchos años, también pueden presentarse dolores en la cadera, rodilla y espalda como resultado de la práctica de algún deporte.

Estos dolores se pueden tratar con cremas, geles y espumas, también con los parches de calor cuando el dolor es más intenso, además la medicación es otro factor al que se recurre cuando se presentan los dolores.

Las personas pierden masa o densidad ósea con el envejecimiento, “especialmente las mujeres después de la menopausia. Los huesos pierden calcio y otros minerales”, señala el sitio web Medlineplus.

El mencionado portal explica que la columna está conformada por huesos llamados vértebras. Entre estos huesos se encuentran unos cojines de aspecto gelatinoso (discos). Con el paso de los años se puede generar una disminución del tronco, pues los discos pierden líquido en forma gradual y se hacen más delgados.

Otra situación que se presenta con el paso de los años es que los huesos más largos de piernas y brazos pierden minerales y se vuelven más frágiles, pero no van a disminuir en su tamaño. Las articulaciones también sufren algunos cambios con el envejecimiento, pues estas se hacen más rígidas y menos flexibles.

“Las articulaciones de la cadera y de la rodilla pueden comenzar a perder cartílago (cambios degenerativos). Las articulaciones de los dedos pierden cartílago y los huesos se adelgazan ligeramente”, destaca Medlineplus, además, también se pueden presentar algunos cambios en las articulaciones de los dedos, “más a menudo una hinchazón ósea llamada osteofitos, son más comunes en las mujeres. Estos cambios pueden ser heredados”, indica el mencionado sitio web.

En el sitio web Manual MSD indican que la cantidad de tejido muscular (masa muscular) y la fuerza muscular tienden a disminuir a partir, aproximadamente, de los 30 años, y continúa el deterioro con el paso de los años.

La reducción se puede presentar por la “inactividad física y el descenso en las concentraciones de la hormona del crecimiento y de testosterona, que estimulan el desarrollo muscular”, explica Manual MSD, que también aconseja la práctica de la actividad deportiva para disminuir el riesgo de perder masa muscular o retardar este proceso en el organismo.

Cuando las personas llegan a los 75 años de edad, “el porcentaje de grasa corporal suele duplicarse en comparación con el de la adolescencia”, indica Manual MSD, que también explica que el exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de padecer otras afectaciones de salud como la diabetes.

En la visión también se presentan algunos cambios con el envejecimiento. “Pérdida de la visión de cerca: entre los 40 y los 50 años de edad, la mayoría de las personas notan que les resulta difícil ver objetos a una distancia inferior a 60 cm”, señala el sitio web Manual MSD.