La exposición indebida al sol, el estrés, la contaminación y los malos hábitos de vida son algunas de las razones que aceleran el proceso de envejecimiento de las personas.

Por ejemplo, la ingesta de alimentos ricos en azúcares, grasas y otros componentes tienen afectaciones en la piel. También inciden los bajos niveles de colágeno en el cuerpo y la falta de descanso.

El estrés es uno de los factores que más efectos tiene en el envejecimiento prematuro. Cuando las emociones negativas se imponen de manera frecuente, la salud, a nivel general, se resiente. Aunque no existen evidencias científicas suficientes que lo avalen, se cree que cuando una persona se estresa de forma permanente, esto podría afectar a la salud de la piel y de otras partes del cuerpo, precisa el portal Mejor con Salud.

No descansar bien, también envejece. Un estudio realizado por científicos del University Hospital Case Medical Center de Estados Unidos, concluyó que existen indicios que prueban la relación entre una mala calidad del sueño y el envejecimiento prematuro.

Por ello, es recomendable descansar adecuadamente. Lo ideal es dormir entre siete y nueve horas diarias, según aconseja la National Sleep Foundation y no utilizar elementos electrónicos antes de descansar.

Pero no solo el sueño incide, sino también la forma en la que se duerme. Mientras que una pobre calidad de descanso afecta el proceso de regeneración de tu piel, la forma de dormir podría enfatizar lo que se conoce como “arrugas del sueño”, precisa una publicación del medio digital Business Insider.

Esto se debe a que en la medida que la cara se pega a la almohada, la piel se estira hacia abajo haciendo que la papada caiga por la acción de la tela, la cual también genera inconvenientes con la transpiración. De igual forma, cuando se forman pliegues o líneas marcadas mientras se duerme, estas al final pueden convertirse en líneas de expresión o arrugas.

Dormir boca arriba

La experta en dermatología Jamie Sherrill asegura en un artículo publicado en The Telegraph, que la postura es determinante a la hora de dormir. “Dormir boca abajo con la cara aplastada contra la almohada es la peor posición para quienes están preocupados por el aumento de las arrugas de expresión alrededor de los labios y entre las cejas. Mientras que si se duerme de lado, aumentan los pliegues verticales sobre las mejillas, mentón y escote “, advierte.

Por estas razones, la mejor postura para evitar estas afectaciones en la piel es acostarse boca arriba. El objetivo es reducir al máximo el contacto de la cara con la almohada.

Dormir de lado ayuda a que se generen arrugas en la piel del rostro y del escote. | Foto: Archivo semana

Seda mejor que el algodón

Una publicación de la revista Elle, de España, asegura que la seda es mejor que el algodón cuando se trata de evitar esas arrugas y líneas de expresión. “El algodón es un tejido natural que generalmente crea arrugas y dobleces que, al contacto con la cara, pueden dejar marcas”, precisa la publicación.

Por el contrario, los tejidos como la seda se mantienen más lisos y son buenos para absorber la humedad y para acelerar el metabolismo de las células de la piel.

Cambiar las sábanas con frecuencia

Una de las principales recomendaciones antes de acostarse es desmaquillarse. Cuando se deja el maquillaje para dormir, además de generar complicaciones en la piel como posibles dermatitis e irritación, el hecho de meterse en la cama con restos de maquillaje o de crema del día anterior genera bacterias y microbios que inciden en el brillo y vitalidad del rostro, principalmente. Por ello es recomendable cambiar las sábanas con frecuencia y lavar las almohadas cada tres meses.

Adicionalmente, es recomendable, según los expertos, acostarse con la piel limpia y muy hidratada con el fin de que se recupere de los agentes físicos que la afectan durante el día.