Las dietas son la principal estrategia a la que muchas personas recurren para adelgazar o mantener el peso. Dejar de comer parece ser la salida más fácil cuando de alcanzar un peso saludable se trata; sin embargo, no siempre esta técnica brinda los resultados esperados.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, aseguran que es natural que toda persona que desea adelgazar quiera hacerlo rápidamente y para ello implementa dietas, pero la evidencia demuestra que quienes bajan de peso en forma gradual y constante, entre una y dos libras por semana, logran mejores resultados en no volver a recuperarlo, asegura la citada fuente.
Más allá de hacer dietas, para controlar el peso es importante llevar un estilo de vida en el que se incluya una alimentación saludable y el desarrollo de actividad física de manera regular. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.
Cuando las personas están pasadas de kilos se exponen al desarrollo de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, diabetes, osteoartritis y algunos tipos de cáncer (como el de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon), asegura la OMS.
Para los expertos del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, de Estados Unidos, las dietas no son la mejor manera de perder peso de manera permanente, pues no siempre es fácil mantener los resultados. Los especialistas aseguran que si bien es posible que en un principio funcionen, también puede pasar que a largo plazo no se mantengan.
Ante esta realidad, lo mejor es adoptar hábitos saludables y muy sencillos que evitan que las personas se suban de peso.
Un artículo publicado en el diario El Confidencial, de España, cita a Charlotte Markey, profesora de psicología de la salud en la Rutgers University, quien en una publicación realizada en Psychology Today, reunió los consejos esenciales para perder peso de acuerdo con el concepto de nutricionistas, psicólogos y entrenadores. Estos son algunos de los planteamientos.
Cambiar los hábitos: La autora cita al coach Heather Robertson, quien asegura que los hábitos son reponsables del peso de las personas. Una de las recomendaciones es cambiar sólo un hábito cada semana y a medida que se van sumando se alcanzará el objetivo de perder peso, siempre teniendo presente que los cambios requieren de tiempo.
Dejar de contar calorías: En el mismo artículo, citado por El Confidencial, el nutricionista Georgie Fear, por su parte, indica que lo mejor para adelgazar es dejar de contar calorías y centrarse en el hambre, pues si una persona no tiene hambre, no requiere comer y si está satisfecha no hay necesidad de seguir comiendo.
Abandonar el carro: Para adelgazar es necesario hacer ejercicio, pero no se requiere ir a un gimnasio. Lo importante es moverse, asegura el nutricionista Joe Dixon y una de las formas de hacerlo es dejar de andar todo el tiempo en carro. Caminar es una de las alternativas para mantener un peso saludable.
Comer menos: Si se quiere adelgazar o evitar subir de peso es importante comer menos y moverse más. “El ejercicio es genial para estar sano (y debemos practicarlo con frecuencia), pero comer bien –y no mucho– es lo que ayuda a perder peso”, explica la doctora Lorie Sousa, psicóloga de la Universidad de California en la mencionada publicación.
Sin embargo, estas no son las únicas alternativas. Dormir bien, por ejemplo, también es clave. Los científicos han demostrado la relación entre el déficit de sueño y el aumento de peso. Esto está relacionado principalmente con temas hormonales, pero también con el hecho de que si el cerebro y el cuerpo no tienen energía, buscan obtenerla de los alimentos más calóricos.
También es importante limitar el consumo de alcohol, el cual tiene una buena cantidad de calorías vacías y, además, deshidratan las células y hacen que el metabolismo sea más lento. El agua natural puede ser la mejor aliada.
Una estrategia más es no saltarse el desayuno, pues está comprobado que si esto sucede, después la persona come más. Además, este alimento es clave para incorporar los carbohidratos y las calorías necesarias que le permiten al cuerpo tener energía para el resto del día.