El lupus es una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunológico, en vez de proteger al organismo de las infecciones, ataca los tejidos sanos. Es una afección crónica que puede causar inflamación y dolor en diferentes sistemas del cuerpo, incluso las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro y los pulmones, explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Las causas del lupus aún no son muy claras para la medicina. Lo cierto es que esta y otras enfermedades autoinmunes son hereditarias. Asimismo, existen varios desencadenantes que pueden provocar sus síntomas o empeorarlos.

Algunos de ellos son:

  • Medicamentos: algunas pastillas para la presión arterial o medicamentos para las convulsiones y antibióticos pueden suscitar los síntoma del lupus.
  • Luz solar: esta exposición puede provocar lesiones de lupus en la piel.
  • Infecciones: si hay una infección, se puede desarrollar esta enfermedad o causar una recaída en el paciente.

Según explica la Lupus Foundation of America, organización sin fines de lucro, algunos científicos consideran que esta enfermedad es el resultado de la mezcla de factores dentro y fuera del cuerpo como las hormonas, la genética y el medio ambiente.

Hormonas

Al menos 9 de cada 10 pacientes son mujeres. Respecto a esto, los investigadores se han enfocado en estudiar la relación entre los estrógenos y el lupus. En algunos de los casos, las mujeres presentan síntomas de esta enfermedad antes de la menstruación, y/o durante el embarazo, cuando la producción de estrógeno es elevada. “Esto puede indicar que, de alguna manera, el estrógeno regula la gravedad de la enfermedad. Sin embargo, eso no significa que el estrógeno o cualquier otra hormona, puedan provocar la aparición de lupus”, explica la fundación.

Genética

En casos específicos, se ha identificado que ciertos genes han contribuido a la aparición de la enfermedad. Sin embargo, aún no se ha probado qué grupo de genes causan lupus. La organización sin ánimo de lucro reseña el ejemplo cuando uno de dos gemelos tiene lupus. En este caso, existe un 25 % de probabilidad de que el otro gemelo también desarrolle la enfermedad. “Aunque el lupus puede presentarse en personas que no tienen familiares que padezcan de la enfermedad, es posible que algunos miembros de la familia tengan otras enfermedades autoinmunes”, señala la organización.

Medio ambiente

Los expertos tienen una hipótesis respecto a factores externos y su relación con el desarrollo de esta enfermedad. Lupus Foundation of America menciona que los investigadores consideran que “un virus o posiblemente un químico, se encontró al azar con un individuo genéticamente susceptible y actuó para disparar la enfermedad”. En la actualidad continúan los estudios y esto aún no ha sido probado.

Además de la luz solar y de algunos químicos, también hay otros desencadenantes ambientales que pueden empeorar los síntomas de lupus. Mayo Clinic las reseña:

  • Luces fluorescentes.
  • Las sulfas y algunas tetraciclinas, que hacen que una persona sea más sensible al sol; diuréticos.
  • La penicilina o algunos otros antibióticos.
  • Las infecciones.
  • El resfrío o una enfermedad viral.
  • El agotamiento.
  • El trauma.
  • El estrés emocional.
  • Cualquier situación que provoque un estado de estrés en el cuerpo como cirugía, un accidente, embarazo o parto.

Síntomas

El lupus puede ser una enfermedad difícil de diagnosticar en algunos pacientes, debido a que muchos de sus síntomas son parecidas a las de otras afecciones. Una de los signos más conocidos es la erupción cutánea o brotes en la piel, especialmente en el rostro.

Aunque la sintomatología es diferente en cada paciente, existen algunos que son muy comunes en la mayoría de los casos. Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los señala:

  • Dolor o hinchazón en las articulaciones
  • Dolor muscular
  • Fiebre sin causa conocida
  • Erupciones rojas en la piel, generalmente en la cara y en forma de mariposa
  • Dolor en el pecho al respirar en forma profunda
  • Pérdida de cabello
  • Dedos de las manos o pies pálidos o de color púrpura
  • Sensibilidad al sol
  • Hinchazón en las piernas o alrededor de los ojos
  • Úlceras en la boca
  • Glándulas inflamadas
  • Cansancio extremo