La manzana y el banano son frutas insignias de una buena salud, gracias a que resaltan por su composición rica en nutrientes esenciales para el organismo, pero además porque se han estudiado sus propiedades para conservar el estado del cuerpo.

Por eso no son de extrañar las fotografías de médicos con una manzana en su mano o que este ingrediente haga parte del retrato de una alimentación saludable. De hecho, su reconocimiento es muy bien merecido, debido a que las manzanas contienen vitaminas y minerales claves para el funcionamiento del ser humano, así como en la prevención de enfermedades graves, como el cáncer.

Así lo han concluido diversos estudios, los cuales han ahondado en la relación de los componentes presentes en la manzana y las probabilidades de padecer ciertas afecciones. Según el portal de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, Cancer.net, está claro que la alimentación tiene una incidencia importante en el desarrollo y el tratamiento de cáncer; en ese sentido, detalla que las frutas y verduras podrían gozar de un efecto positivo para la prevención de diversos tipos de cáncer, incluidas entre ellas las manzanas.

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No obstante, la entidad es precisa en aclarar que todavía se continúan las investigaciones acerca del vínculo de los alimentos y el cáncer, puesto que determinarlo con certeza implica evaluar otros criterios como la preparación de las comidas, las interacciones entre distintos ingredientes y las cantidades que se ingieran.

Un estudio publicado en la Revista Chilena de Nutrición, el cual reposa en plataformas de difusión científica, señala que incluir manzanas en la dieta puede ser beneficioso por sus beneficios para combatir enfermedades del corazón y el cáncer.

Según explican, la acción anticancerígena de la manzana puede responder a dos factores: en primer lugar a la reducción de la proliferación celular tumorales, originadas durante el ciclo celular y, en segundo lugar, se relaciona también con la estimulación de la apoptosis, o el proceso mediante el cual ocurre la muerte celular programada, en este caso de las células tumorales.

Sobre las propiedades nutricionales de la manzana, la Fundación Española de la Nutrición indica que se trata de un alimento fuente de azúcares diversos, como la glucosa, la sacarosa, la fructosa y la glucosa, por lo que se considera un alimento ideal para obtener energía durante el día.

Asimismo, se trata de un fruto con rico contenido en agua, en aproximadamente 85% de su composición. Entre otros nutrientes, se destaca la presencia de potasio, fósforo, calcio, vitamina C y vitamina A.

Entre otras virtudes, las manzanas sobresalen por la presencia de flavonoides, como la quercetina, los cuales son buenos para el organismo. Igualmente, tienen una acción antioxidante, derivada de su aporte de procianidinas, lo que previene el daño de los radicales libres sobre las células.

Doctor in white coat and stethoscope holding an apple to camera | Foto: Copyright Dazeley | Getty Images

Cuando no se controlan correctamente, los radicales libres pueden tener efectos nocivos para la salud, propiciando, por ejemplo, la acumulación de colesterol malo en el organismo, lo que deriva a su vez en afecciones cardíacas. “Además, pueden causar alteraciones genéticas, dañando algunas células y ocasionando el cáncer”, explican desde el portal de Salud y Oncología.

Por otra parte, desde la guía de alimentos del portal Cuerpo Mente añaden que es fruta favorece el proceso para desechar los residuos y toxinas del cuerpo, por medio del tránsito intestinal.

Otra ventaja con la que cuenta la manzana es que es sencilla de integrar a la alimentación e inclusive se puede consumir con la cáscara, la cual también posee compuestos beneficios.

Cabe precisar que de ninguna manera este artículo reemplaza las recomendaciones de un profesional y que la prevención frente a las enfermedades no recae solamente en el consumo de una fruta, sino que además depende de un estilo de vida sano, en el que consideren otros factores como la actividad física y la historia clínica del paciente.