Los mareos al levantarse o al inclinar un poco la cabeza pueden ser señales de alerta de vértigo postural paroxístico benigno. Esta es una afección que provoca episodios pequeños de mareos, los cuales pueden ser leves o intensos.
Se producen cuando hay cambios en la posición de la cabeza, al levantarse bruscamente, al recostarse, sentarse o girar.
De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, otros síntomas que pueden advertir sobre esta afección incluyen los siguientes:
- Mareos
- Sensación de que tú o el entorno dan vueltas o se mueven (vértigo)
- Inestabilidad o pérdida del equilibrio
- Náuseas
- Vómitos
En caso de presentar este malestar, es importante consultar a un doctor para recibir un diagnóstico profesional y un tratamiento oportuno, para evitar complicaciones de salud, pues estos síntomas también pueden estar asociados con otras enfermedades diferentes al vértigo.
El vértigo postural paroxístico benigno no es una afección grave. Existen diferentes tratamientos para aliviar y prevenir los síntomas.
“Su proveedor puede realizar un procedimiento llamado (maniobra de Epley). Es una serie de movimientos de la cabeza que se realizan para mover a una nueva ubicación los canalículos en su oído interno. Si los síntomas retornan puede ser necesario repetir el procedimiento, pero este tratamiento funciona mejor para curar el VPPB”, detalla Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
¿Cuándo buscar ayuda médica de urgencias?
En caso de presentar los siguientes síntomas es importante buscar ayuda inmediatamente, ya sea llamar a una ambulancia o acudir a un centro médico.
- Un dolor de cabeza nuevo, diferente o muy fuerte
- Fiebre
- Visión doble o pérdida de la visión
- Pérdida auditiva
- Dificultad para hablar
- Debilidad en las piernas o los brazos
- Pérdida del conocimiento
- Caídas o dificultad para caminar
- Entumecimiento u hormigueo
Plantas como remedios caseros
Algunas personas, además de seguir las recomendaciones médicas, también recurren a alternativas naturales para tratar afecciones y sobrellevar enfermedades. Aunque es una práctica muy popular, se debe tener precaución con este tipo de remedios, ya que puede tener efectos diferentes en cada organismo. Antes de consumirlos se recomienda consultar con un doctor.
Por ejemplo, el portal web Saber Vivir menciona varias plantas que pueden ayudar a evitar el vértigo y los mareos. Cabe resaltar que antes de consumir cualquier producto es recomendable e importante consultar a un médico, especialmente si se tiene alguna enfermedad o condición de salud específica.
- Ginkgo: las hojas de esta planta ayudan a mejorar el flujo sanguíneo de la cabeza. No deben consumirlo mujeres embarazadas o en período de lactancia ni personas que toman anticoagulantes.
- Jengibre: puede ayudar o funcionar como un complemento para el tratamiento del vértigo y los mareos. Se puede consumir hasta 3 veces al día.
- Matricaria: es una planta antiinflamatoria y un relajante muscular, según indica Saber Vivir. No se debe consumir en caso de estar medicado con anticoagulantes, estar embarazada o en período de lactancia.
- Mirtilo: de acuerdo con el sitio web, sus frutos contribuyen a la protección y tonificación de las paredes del sistema circulatorio, mejorando el flujo sanguíneo de la cabeza.
Otros tipos de vértigo
De acuerdo con Medline Plus existen dos tipos de vértigo: central y periférico. El primero es resultado de un problema en el cerebro, generalmente en el cerebelo. Y el segundo, a un problema en el oído, en la zona donde se controla el equilibrio.
Las causas del vértigo central son:
- Enfermedad vascular.
- Ciertos fármacos como anticonvulsivos, ácido acetilsalicílico (aspirin) y alcohol.
- Esclerosis múltiple.
- Convulsiones (poco común).
- Accidente cerebrovascular.
- Tumores (cancerosos o no).
- Migraña vestibular, un tipo de migraña.
Las causa del vértigo periférico son:
- Vértigo postural benigno.
- Ciertos medicamentos, como antibióticos aminoglucósidos, cisplatino, diuréticos o salicilatos, los cuales son tóxicos para las estructuras del oído interno.
- Inflamación del nervio vestibular (neuronitis).
- Irritación e hinchazón del oído interno (laberintitis).
- Enfermedad de Ménière.
- Presión en el nervio vestibular, por lo general de un tumor no canceroso, como meningioma o schwanoma.