Cerca de 2.000 millones de personas tienen cuenta en Facebook, la red social más grande e influyente del mundo. En Colombia, un poco más de la mitad de los habitantes son usuarios y alrededor de 17 millones de personas navegan a diario en su perfil para compartir sus estados de ánimo, sus vivencias o temas de interés, así como para averiguar la vida de sus amigos y conocidos y enterarse de lo que pasa en el mundo. Aunque para la mayoría esta red es inofensiva, un riguroso estudio publicado recientemente en la revista American Journal of Epidemiology trae malas noticias para la mayoría de usuarios. Según los autores de la investigación, Holly Shakya, profesora asistente de salud pública de la Universidad de California en San Diego, y Nicholas Christakis, director del Laboratorio de la Naturaleza Humana de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, cuanto más usa una persona Facebook, empeora su estado de salud y su nivel de satisfacción con la vida. O, dicho de otra forma, cuantas más veces alguien da clic en “me gusta” peor se sentirá. Eso fue lo que concluyeron luego de seguir a 5.208 adultos durante dos años y evaluar minuciosamente su conducta en Facebook. Monitorearon cada cuánto las personas y daban me gusta, me encanta, me divierte, me asombra, me entristece o me enoja en las publicaciones de sus contactos, así como sus actualizaciones de estado. De igual forma les preguntaron con qué frecuencia se reunían con amigos y conocidos en su vida cotidiana y qué tan cercanos se sentían con los demás voluntarios que fueron encuestados. Después cotejaron esa información con el estado de salud mental de cada uno y su peso corporal.Puede leer: El inspirador discurso de Mark Zuckerberg en su regreso a HarvardAl final del experimento, Shakya y Christakis encontraron un estrecho vínculo entre el uso de Facebook y el estado de salud a nivel físico, mental y social de los participantes. Por ejemplo, cuando alguno superaba el promedio de “me gusta” aumentaba de 5 a 8 por ciento la probabilidad de que experimentara más adelante algún problema de salud mental. En cambio, aquellos que tenían mayor vínculo con el mundo real y contacto social cara a cara presentaron menos síntomas negativos. Pese a estos resultados, ¿por qué pasar tantas horas conectados a Facebook es negativo y no está asociado con el bienestar? Según Christakis, reemplazar el contacto cara a cara por el virtual podría ser una amenaza para la salud mental. Shakya, por su parte, afirmó que lo más peligroso de estas plataformas es que hacen creer a la gente que están interactuando con otros, pero el contacto online nunca podrá reemplazar al físico. “Estos resultados también pueden corroborarse con otras redes sociales y cobrar relevancia”, añadió la autora. Este descubrimiento concuerda con las conclusiones de otras investigaciones recientes acerca de la influencia de su uso en la vida de las personas. Por ejemplo, un estudio hecho en 1.800 estadounidenses reveló que utilizarlas aumentaba los sentimientos de aislamiento en la gente, mientras que otro, realizado a 1.500 británicos, demostró que sitios como Facebook o Instagram, en los que se exalta la imagen de las personas, generan automáticamente sentimientos de ansiedad y baja autoestima.Recomendamos: “No es difícil imaginar un mundo en el que Facebook controle lo que ves y lo que piensas”Otro estudio hecho en Alemania mostró que la emoción más común entre los usuarios de Facebook es la envidia, pues a muchos les duele ver cómo sus demás contactos van progresando en su vida profesional y amorosa, mientras que la de ellos no parece ser tan exitosa. La investigación también reveló que la mayor fuente de este pecado capital en Facebook son las fotos de las vacaciones de los demás, así como la comparación que hacen algunos de la celebración de cumpleaños, los likes y comentarios recibidos. También mostró que la gente de 35 años es la más envidiosa sobre todo porque sus contemporáneos han formado una familia antes que ellos. En cuanto a la diferencia de género, el estudio demostró que los hombres suelen envidiar más los logros de los demás, mientras que las mujeres se fijan mucho en la belleza y el buen estado físico de otras congéneres. Otra investigación de la Universidad de Utah también reveló que la mayoría de usuarios de Facebook piensa que los demás son más felices y tienen mejores vidas. Lo que hace que se genere un bajo nivel de satisfacción entre los usuarios.Sin embargo, medir el efecto emocional en internet es bastante complejo. Robert Kraut, profesor de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, considera que las consecuencias de usar las redes sociales en el bienestar de las personas dependen más de la personalidad de los usuarios que de la interacción online. Por ejemplo, es común que los solitarios interactúen de forma distante con los demás, mientras que los más sociables las aprovechan para fortalecer sus amistades.Claro que otros estudios han revelado los efectos indeseados para la salud mental que puede provocar el uso de Facebook. Entre ellos están la depresión, los celos, la baja autoestima y, sobre todo, lo que en psicología llaman la teoría de la comparación social. Un informe publicado en la revista Journal of Social and Clinical Psychology reveló que el hecho de compararse con los demás es una de las principales causas que provocan malestar en los usuarios. La investigación, adelantada por la Universidad de Houston, encontró que compararse con los demás era el detonante que generaba síntomas de depresión en las personas. “Esto no quiere decir que Facebook cause depresión, pero los sentimientos depresivos sí suelen ir de la mano con este tipo de conducta”, señaló Mai-Ly Steers, autora del estudio.Le puede interesar: 3 maneras en las que Facebook usa su información de WhatsAppHay varias formas de evitar que Facebook se convierta en un agente negativo en la vida de las personas. Los expertos recomiendan no agregar a muchos contactos, pues no tiene sentido, deja una mala imagen y aumenta las probabilidades de sentir envidia por gente que no es tan cercana. Por otra parte, es importante organizar las páginas que se siguen. Si alguien no quiere engordar, debería evitar seguir grupos de comidas, cocinas o chefs. Esto porque observar fotos de alimentos de forma constante puede activar la región del cerebro que estimula el apetito.Pero no solo eso. También seguir páginas que revelan contenidos amarillistas o temas negativos es un riesgo. “Así como uno es lo que come, el cerebro también es lo que come al observar las noticias en Facebook”, señala el trabajo. Si esto es tenido en cuenta, la experiencia en la red social será mucho más amena y saludable. Lo mismo sucederá si cierra su perfil durante unos días para realizar una dieta digital. Lo más importante, para los expertos, además de tener un uso controlado de las redes, es saber medir el tiempo que pasan conectados a ellas. Pues si no se ponen límites se corre el riesgo de sufrir los problemas que han determinado todos estos estudios y saber que la vida social digital es natural. “Lo que la gente realmente necesita son amistades e interacciones reales”, concluye Christakis.