El acné suele aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros, porque estas áreas de la piel tienen la mayor cantidad de glándulas sebáceas, y afecta a personas de todas las razas y edades, aunque es más frecuente en los adolescentes y los adultos jóvenes, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Ahora bien, es importante señalar que según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, nadie sabe exactamente cuál es la causa del acné, pero es probable que los cambios hormonales, tales como los que ocurren en la adolescencia o el embarazo, tengan alguna relación con su aparición.
Asimismo, existen muchos mitos acerca de las causas del acné y con frecuencia se culpa al chocolate y las comidas grasosas, pero en la mayoría de los casos hay pocas evidencias de que la comida tenga algún efecto sobre el acné.
De igual forma, otra creencia común es que la piel sucia puede favorecer el acné. Sin embargo, los puntos negros y las espinillas no son producto de la suciedad.
Entre tanto, la entidad sin ánimo de lucro señaló en su portal web que las complicaciones del acné pueden ser:
- Cicatrices. La piel con hoyos (cicatrices del acné) y las cicatrices gruesas (queloides) pueden perdurar mucho tiempo después de que se haya curado el acné.
- Cambios en la piel. Una vez que el acné ha desaparecido, es posible que la piel afectada quede más oscura (hiperpigmentada) o más clara (hipopigmentada) que antes de que ocurriera la afección.
Por ello, el portal Cocina Vital reveló una mascarilla antiinflamatoria para mejorar la apariencia del acné en una semana y consiste en triturar cinco fresas y mezclarlas con dos cucharadas de miel de abeja. Después, se aplica sobre el rostro y se deja actuando por 20 minutos para finalmente, retirar con agua fría y, lo ideal es repetir de dos a tres veces por semana para obtener resultados.
De todos modos, antes de aplicar alguna mascarilla en el rostro se debe realizar una prueba de alergia o se debe consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, existen otros tratamientos para tratar el acné y según Mayo Clinic, son:
- Fototerapia. Se han probado con relativo éxito diversos tratamientos basados en la luz. La mayoría requerirá varias visitas al consultorio del médico. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar el método, la fuente de luz y las dosis ideales.
- Exfoliación química. En este procedimiento se aplica repetidamente una solución química, por ejemplo, ácido salicílico, ácido glicólico o ácido retinoico. Este tratamiento es para el acné leve y podría mejorar la apariencia de la piel, aunque el cambio no es duradero y, por lo general, es necesario repetir los tratamientos.
- Drenaje y extracción. Es posible que el médico use herramientas especiales para quitar con cuidado los comedones cerrados (o espinillas blancas), los comedones abiertos (o espinillas negras) o los quistes que no se hayan eliminado con los medicamentos tópicos. Esta técnica mejora temporalmente el aspecto de la piel, pero también podría dejar cicatrices.
- Infiltración con esteroides. Las lesiones nodulares y quísticas se pueden tratar mediante la infiltración con esteroides. Esta terapia ha dado como resultado una rápida mejora y disminución del dolor. Los efectos secundarios pueden incluir cambio de color y adelgazamiento de la piel en la zona tratada.