El cuidado de la piel hace parte de la rutina de cuidado de millones de personas en el mundo y no es para menos. Se trata del órgano más grande del cuerpo. Al serlo, está expuesto a distintos factores externos que lo pueden perjudicar, como lo es la contaminación, los rayos ultravioleta –UV–, el tabaco, entre otros; así como los cambios propios de la edad.

Dos problemas que se presentan a menudo son la piel grasosa y los poros abiertos. MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que la piel grasosa, también conocida como cutis graso, es “el resultado de que las glándulas de grasa (sebáceas) produzcan demasiado aceite”.

Añade que tanto los genes como las hormonas juegan un papel clave en determinar si una persona tiene o no la piel grasosa, mientras que la alimentación “probablemente tiene muy poco que ver, si así fuera, con el hecho de tener o no piel grasosa”. A la par, advierte que la piel grasosa “puede llevar a que se presente acné”.

En lo que refiere a su cuidado, el servicio norteamericano destaca que lo más importante es mantener la piel limpia, haciendo uso de agua caliente y jabón o un limpiador sin jabón para lograrlo. Otro consejo que brinda la entidad consiste en limpiar la cara con almohadillas astringentes “si el lavado frecuente le causa irritación y aumenta la producción de grasa”. Asimismo recomienda a las personas con piel grasosa utilizar solo cosméticos que hayan sido fabricados a base de agua o que estén libres de aceite.

En lo que refiere a los poros abiertos, se estima que las personas tienen cerca de dos millones de ellos en todo el cuerpo, cuya función radica en ayudar a la transpiración y resguardar la grasa necesaria para la hidratación de la piel. No obstante, en muchas personas estos se obstruyen o incluso se ven infectados, lo que causa una apariencia diferente al hacer ver oscura la piel.

Si bien los poros abiertos son un tema que suele ser consultado por las mujeres, un artículo publicado por el diario El País, reseña que es más frecuente ver este problema cutáneo en los hombres, causando que la piel se vea poco radiante y más propensa a impurezas. Los expertos apuntan a que los poros abiertos se deben a la falta de cuidado de la piel, siendo invadidos por la suciedad, la grasa y las células muertas.

De cara a estos dos problemas cutáneos la mejor opción es acudir al dermatólogo, para darles un tratamiento adecuado. A la par, hay diversas alternativas caseras que pueden ayudar a combatir la grasa y los poros abiertos de la piel. Cocina Delirante, un portal sobre nutrición y gastronomía, reseña una mascarilla que contiene maicena y miel, la cual puede contribuir en este propósito.

Para su preparación se necesitan dos cucharadas de maicena o harina de maíz, dos cucharadas de miel y una taza de agua caliente. El primer paso que describe Cocina Delirante consiste en verter la maicena y la miel en un recipiente de vidrio, para luego ir agregando poco a poco la taza de agua caliente, mientras se revuelven los ingredientes hasta que la mezcla tome una consistencia homogénea.

Surtido el proceso en mención, se aplica la mascarilla en el rostro con la ayuda de una brocha, haciendo énfasis en la zona de la frente, la nariz y la barbilla, para dejarla actuar durante 15 minutos. Cumplido este tiempo, se retira con agua tibia y se procede con la aplicación de crema hidratante. Cocina Delirante recomienda aplicar la mascarilla con el rostro completamente limpio, libre de maquillaje.